lunes, 6 de marzo de 2023

POETISA VANGUARDISTA, GLADYS THEIN (Tegualda Pino) de Curicó

 

GLADYS THEIN

(CURICÓ 1911-BUENOS AIRES 1969)

Escribe:Samuel Maldonado de la Fuente


Gladys Thein, es el seudónimo de María Inés Tegualda Pino Barrios, autora de poemas, novelas y cuentos, nació el 21 de marzo de 1911 en la ciudad de Curicó.

Aunque nació en ESTA CIUDAD, realizó sus estudió de humanidades en el Liceo N°3 de Santiago. Allí vivió y trabajó. Fue secretaria en la sala Medina de la Biblioteca Nacional, junto a Domingo Melfi. Como profesora primaria de castellano, nunca ejerció la docencia.

En 1930 participo en un concurso literario convocado por la revista Ecran y obtuvo el Primer Premio.

La editora y poetisa Gladys Thein, se incorporó con decisión a la acción política a favor de la República y el Frente Popular, y ofreció un homenaje a España en un poema en el que exaltaba la eternidad de España que habían conquistado sus soldados, sus poetas y también la valentía de sus mujeres




Participó en la revista” Acción Femenina”, para mujeres de clase media organizada; que dialogaba con periódicos de la clase política masculina. Tuvo una periodicidad constate: un número mensual, de alrededor de 30 páginas, entre 1922 y 1939. La revista mostró como base ideológica el feminismo liberal, Cuando se retomó la publicación en 1934, asumió la dirección Gladys Thein, hasta agosto de 1935

En 1945 se asoció con Graciela Marín Urzúa para fundar la imprenta bautizada con su nombre: Tegualda.  En ese mismo año, creo la revista “Esto es Chile”, que alcanzó a salir por seis números.

 

Hacia 1950 se traslado a Buenos Aires. Allí asume un rol político y escribe para la Ediciones Mundo Peronista, 1953. Publicación destacada de la época donde escribe el famoso poema “Réquiem de Eternidad a Eva Perón”

 Falleció el 25 de noviembre de 1969 de un cáncer a la garganta.

Sus obras a publicadas fueron: Caracolas de Cristal (1932) Poesía, Horizontes Perdidos (1935) poesía, Poemas (1945), El Rostro desolado (1946) poesía, Territorio de Fuego (1947) poesía, La Mitad de la Vida (1949) novela, autobiográfica, y Poesía (1950)Antología.

Raúl Silva Castro, en un breve recorrido por sus libros, se refiere su última obra para señalar que “la brevedad de los términos de este último libro, antología de muy pocas páginas, contrasta con el vasto caudal de la autora. ¿Es que reniega de su obra y aspira a que sobrevivan las composiciones de Poesía? (1961. P. 126)

 

APARICIÓN DEL MITO

 

En una mano, mano que perdió su anillo  

y sobre un vaso de crecientes láminas,

en un cuaderno solitario siempre,

está la historia del primer latido.

Cuajada leche de siniestros pechos,

con una albura de posibles nieves,

arde en el fuego que devora y anda

la cal sumida de inquietantes huesos.

Miro la espuma del café tardío,

y en el vino, cansado de crepúsculos,

y en la pasión de enmarañados círculos,

veo al ensueño junto a su destino.

En esa espera de esmerados tintes,

y frente a un ojo de total pupila,

y en un sumario de callados símbolos,

está la historia del primer olvido.

Veo venir el sol en lento ritmo,

veo a la tierra junto a su desvío,

y en esta rueda de cambiantes sones

veo el derrumbe del primer camino.

El sol, el aire, el mar, la tierra toda,

se alza en espera del primer dominio.

Pasa la angustia, deja sus raíces,

y nada más. La noche, el viento, el mito.

La auténtica poesía, a que nace de lo más profundo del ser, no tiene tiempo. Sus versos son tan frescos y perfumados como el lirio recién nacido y su fuerza tan arrolladora como el impetuoso caudal que baja por las frías cordilleras. Así es la poesía de Gladys Thein, esta mujer curicana que dio a las letras nacionales una vastísima producción, acopiada en varias publicaciones, entre ellas: “Corolas de Cristal” (1932), “Horizontes Perdidos” (1 936), “Poemas” (1935, “El Rostro Desolado” (1946), “Territorio del Fuego” (19479, “La Mitad de la Vida” (1949 y “poesía” (1950). 

    Gladys Thein nació en 1911, siendo su verdadero nombre Tegualda Pino Barrios. Dotada de una exquisita sensibilidad, desde pequeña observa con detención y profundidad los acontecimientos y las personas que le rodean: Como señala en su obra autobiográfica “La Mitad de la Vida”, creció en el seno de una familia de nivel medio, con ciertos problemas económicos, pero ligado a la educación, a la cultura y fie1 representante de solidos valores.

    Precisamente, esta visión le hizo enfrentar con decisión y entereza Io doloroso de la existencia. Como expresa en su poema “Café de Barrio”, donde su joven corazón se estremece ante la miseria humana.

 

CAFE DE BARRIO

(HORIZONTES PERDIDOS)

 

Cuatro de la mañana ...

Carrusel de las horas girando en las pupilas,

emoción en los rostros teñidos de bohemia.

Café de barrio.

Mesas donde se apoyan los sueños mutilados,

muros sangrando

por todos los dolores de los hombres

como llagas abiertas son tus cuatro costados

Café de barrio, la miseria,

tiño de verde el vidrio de tus vasos

donde unos beben la esperanza

y otros escancian el olvido.

Música en el rodar de las palabras;

orquestación de notas huyendo fugitivas,

como las ilusiones que astillaron las almas.

 

Cinco de la mañana ...

las horas se desparraman como dados

en el mesón del infinito.

La ciudad se coloca su traje de mañana,

Y sale al encuentro de los hombres.

Café de barrio,

hogar de los jirones de la vida,

y un montón de tristeza

durmiendo entre tus brazos.

 

    Sólo una poetisa verdadera puede escribir con sencillez, elegancia y sabiduría sobre imágenes y personajes de su época, inmortalizándolos; transformando eso particular en vivencias universales. Así como en CAMPESINO, amante labrador de nuestra tierra, quien, mediante la magia de la poesía, representa al hombre de todos los tiempos, que extrae con pasión y amor los frutos de la naturaleza. 

CAMPESINO

(HORIZONTES PERDIDOS)

Campesino dorado como una sementera,

fuerte como el acero, ágil como los vientos,

dulce como las mieles de todas las colmenas,

suave como los soles de todos los inviernos.

Aroman tus cabellos las flores de la sierra

Y tus ojos encienden todas las alboradas,

va el sabor de los frutos maduros en tus labios,

y en tu brazo el esfuerzo de todas las jornadas.

Campesino fornido, campesino tostado,

Como a la tierra súrcame con tu pasión agreste,

álzame entre tus brazos igual que una gavilla,

sostenme entre tus manos como una flor silvestre.

 

En Io más íntimo de su corazón juvenil, surgen las evocaciones y sutilezas de la pasión y del amor pleno, que parece huir lejos, mas allá de Io posible; porque aquí la huella amarga es inevitable.

 MENDIGO DE AMOR (COROLAS DE CRISTAL)

Mendigo que vas clamando

Por un mendrugo de amor,

note acerques a mi vera,

no tengo sino dolor.

Han pasado tantos otros

y ya nadie me quedó ...

Nada, nada ... Ni siquiera,

me han dejado el corazón.

cada uno me ha traído,

un poquito de dolor,

me han dejado su amargura

por un puñado de amor ...

Pero veo que te alejas,

porque es triste mi canción,

¡egoísta como todos,

te ha cansado mi dolor ...¡

    La soledad y la incomprensión que necesariamente experimentan aquellos llamados “artistas”, que se apartan del mundo o que el mundo los aparta, debido a su especial percepción de la realidad, Io expresa hasta con frialdad y crudeza en su obra “El poeta”.

 

EL POETA (COROLAS DE CRISTAL)

Bebió el último sorbo,

y por última vez leyó el poema

salió meditabundo.

La cara entristecida por la pena

y el alma carcomida por el mundo.

Estaba solo y triste ni una mano,

se le tendió para vendar su herida

No hubo amor para alargar su vida

Y lo hallaron tendido en el camino,

como un árbol caído. Como un ave,

 

Que ni al morir pudo encontrar su nido ...

Pasaron a su lado, y ni siquiera,

se descubrieron al hallar el muerto.

Uno dijo sonriendo, era un perdido.

Otro arguyo, era un pobre desvalido,

que pasaba su vida haciendo versos ...

Y otro pensó, mejor que se haya ido.

Y siguieron andando indiferentes,

sin comprender que fueron asesinos,

de ese dolor que les robó la muerte.

Gladys Thein, profundiza desde muy joven en los grandes problemas del hombre; la razón de la existencia humana y su posibilidad de trascendencia. Cuestionamientos que determinarán su creación poética posterior: “Poemas” (1945) y “Territorio del Fuego” (1 947) donde la palabra se sutiliza y las reflexiones se subliman.

 

IRSE (TERRITORIO DEL FUEGO)

Irse. Partir por el camino largo,

tras las huellas profundas de la muerte.

Dejarlo todo ... No llevarnos nada.

Ser un ánfora plena que se vacía,

ser un rayo de luna que se esfuma

Haber sido en el canto solo el ritmo

en el amor el éxtasis divino

y parir tras la muerte con las ansias

de ser aquello que jamás se ha sido.

 

Dejarlo todo…no llevarse nada…

Ni siquiera el recuerdo triste o bello

Y ser sólo una sombra que se aleja,

Y una tumba en la casa de los muertos.


VISPERA DE RETORNO (POEMAS)

 

El día junto a mí, ayer y taciturno mañana.

Mi ventana tiene negros peldaños

Subir acaso, sea bajar, acaso sea

Desteñirse las manos y la piel y las rosas.

Y quizás ni esto sea ¿a destruir los signos?

¿A qué la vida, si es sólo un río entre las sombras?

¿A que la muerte, punto vital de un nuevo símbolo?

Tegualda Pino Barrios, fue una poetisa brillante y también una mujer culta y respetada en el mundo de las letras y el periodismo. Trabajó algunos años en la Biblioteca Nacional y dirigió una prestigiosa imprenta de Santiago. Vivió por varios años en Argentina, donde la muerte la encontró en 1956 en forma trágica, mientras se desempeñaba como periodista.

Detenerse y describir la riqueza de esta mujer curicana, ha sido un privilegio. Como todos los grandes, escapa a los prototipos de su época y aunque el paso del tiempo ha intentado disminuir su presencia, siempre tendrá un lugar destacado entre quienes creemos que la historia y el arte de los pueblos es la manifestación verdadera de su riqueza.

 Referencia: Ana María Muñoz M., Revistas Argentinas, Archivo personal.

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