martes, 1 de diciembre de 2015

POESIAS DE "LA CIUDAD INVERSA"

Samuel Maldonado de la Fuente

Recién ha publicado el libro "La ciudad Inversa", donde rescata el simbolismo del silencio como una propuesta reflexiva. Nació en Linares, Chile y esta radicado hace muchos años en Curicó.



                                                                        

Confieso que he copiado

Este manuscrito es una buena copia original,
estoy chequeando los link de otoño,
Maturin y Lewis, eran genios cerca de la demencia
vampiros succionado versos.

Copiar – pegar los versos de esta noche,
está de vuelta Huidobro, Lhin, Rimbaud y Walt Whitman,
gracias programa de mi Word amado
páginas expeliendo el contrabando literario.


Innovadores del furor iconoclasta,
escuela frenética de los sueños delirantes y febriles,
credo romántico del pálido teclado inconsciente.

En 1929 Latouche sentencia el futuro
del cual no tuvo suficiente información:
“desde que todos no hemos vuelto genios
el talento se ha hecho de los más raro”.

La máquina más perfecta del industrialismo
fue la mÁ q U inA  de es CR ib I r…
La tecnología creo los idiotas más perfectos,
confieso que he copiado…..

Tarde de Enero

El ojo del cielo
cerraba lentamente sus parpados,
la brisa era ave sigilosa,
desde esta silla inerte de pueblo olvidado,
observo como muere el universo.
Siglos abriendo y cerrando páginas
días feneciendo sin piedad,
enero fogoso desprendiendo hojas,
busco explicaciones.
Viejos días de enero
viejas heridas aun sangrando,
mis muertos resucitan
almas pendiendo de algún archivo,
caen como lagrimas deshojadas,
mi muerto
mi hijo
mi padre
el vecino
el obrero
el campesino
mi muerto
mi muerto
mi muerto,
no hay justicia sin muertos
fenecen los asesinos
la memoria
el olvido
las concertaciones
los gobernantes.
¿Qué se dijo al viento de enero?,
estaban de vacaciones los jueces,
los curas
los rotarios
los masones
los evangélicos
las damas de Cema,
nadie dijo nada
solo una brisa de enero
trajo polvo sobre la tierra
cubriendo las huellas del dolor.
                                         Con la poetisa Silvia Rodríguez y Alberto Navero
                                         durante un recital en 2014

Pájaros 

Baten palmas azules
las aves del universo,
deambulan como palabras,
como hojas de ciruelo otoñal,
como libélulas inestables.

Vuelan a destino impreciso,
y su voz de pájaro
canta a la brisa como a un sendero
horadado por bandadas de sueños.

Se reúnen a meditar sobre los árboles,
donde se reparten las nubes,
los aires de otoño, las cosechas de invierno,
escucho pájaros al amanecer
voces del universo.

El primer lenguaje del alba cobriza
abre sus ojos de  pájaro, entre pálidas nubes
noción de vida latente en el cosmos;
quisiera volar como ellos
descifrando  el silbo misterioso,
por eso mis demonios mataré
y me colgaré del vuelo de  un pájaro errante,
nunca naufragaré entre las nubes.

Voces  

De los labios,
altavoces del corazón,
vuelan las aves en  libertad
por amplias calles restringidas.
Las voces
toman la forma de los ensueños,
la ciudad se ha llenado de humos
como basuras esparcidas en la conciencia,
escucho idealizadas voces
ecos atravesando el firmamento.
Vienen de lejanos rincones,
de lo incierto del alma,
de la desazón más pura,
son aves transitorias
con sus matices en rebeldía.
Jóvenes voces para las viejas palabras
que a todos nos pertenecen,
sobreviven en las hileras de calles
con sus cuerpos desprotegidos.
Se juntan como pájaros en los parques,
vuelan por las alamedas y rincones,
derrumban altos muros,
fundan sobre la libertad.
Se corean voces en las oficinas,
en el norte,
en el sur,
entre obreros,
en las caletas,
en los colegios,
en las universidades
mis amadas voces
abren su corazón.


domingo, 8 de noviembre de 2015

HISTORIADOR CURICANO: PEDRO VALDES NUÑEZ

LA PASION HISTORICA DE PEDRO VALDES.
Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente
                

                                                                                                   “Detrás de los infatigables esfuerzos del
                                                                                                     investigador acecha un impulso extraño y
                                                                                                     misterioso; lo que deseamos comprender es la
                                                                                                     existencia y la realidad”.
                                                                                                                               Albert Einstein, 1934


El autor de este libro “Sagrada Familia, Historia de una Gran Comuna”, es el apasionado historiador Pedro Valdés Núñez, a quien conozco por largos años y que en alguna oportunidad, juntos contribuimos a fundar la Sociedad de escritores René León Echaiz en 1998, como homenaje a quien escribiera la Historia de Curicó.  Valdés tiene la escasa raigambre de los amantes del pasado, de los detalles, la investigación para dar verosimilitud con la realidad, a hechos lejanos y misteriosos sobre los acontecimientos que contribuyeron a dar sustento a la vida actual de nuestra sociedad y sus rasgos más concluyentes.

ASPECTOS LITERARIOS DEL AUTOR

Pedro Valdés Núñez, demuestra por largos años, una faceta de investigador, músico, folklorista, director musical, historiador y escritor, de datos,  cosa que concluye en una decena de libros de  distinta índole. Si reconocemos en él su inclinación histórica, podemos deducir que es un ávido observador del pueblo, de su gente, de su pasado. Está claro, que conociéndolo, escuchando sus efusivos relatos y documentación que ha adquirido, le nacen de su vocación de maestro formado en la antigua Escuela Normal de Curicó, de donde salieron un pléyade de profesores con una gran dedicación social.
Su actual libro: “Sagrada Familia, Historia de una Gran Comuna”, es en rigor  un documento extenso, revelador, referencial, histórico y trascendente.


LA HISTORIA DE SAGRADA FAMILIA

El recuerdo, no es rendirle un homenaje al pasado, sino que identificar cuáles son los pasos que debemos dar en el futuro. Pero es necesario guardar el testimonio de ese pasado para avanzar en la búsqueda de la felicidad futura del hombre.

La historia se inicia, desde el instante en que se tienen noticias auténticas, contemporáneas o posteriores a determinados acontecimientos; esto se verifica no solamente cuando el hombre se transforma en sociedad, sino cuando adquiere la facultad de transmitir sus observaciones y grabarlas como testimonio de dichos acontecimientos.

El valor y significado de la historia, representa forzosamente al conocimiento. Porque aquello que ha sucedido, no sucede igual para todos. Es tarea del historiador la reconstrucción y comprensión de los acontecimientos.
En tanto la historia no es una ciencia exacta y no hace posible predecir el futuro como se prevén los eclipses, las estaciones u otros fenómenos similares.  Tan sólo abre una ventana, para observar un legado para la acción futura del hombre.

             El interés del presente trabajo “Sagrada Familia, Historia de una Gran Comuna”, es hablar del acervo moral que se transmitió hasta nuestros días, a través de los escritos y vivencias de los antiguos habitantes del sector y de la eterna evolución de su territorio. Es la tierra de la controversia sobre la muerte de Lautaro, la de los mitos de la Niña Bonita, la de la encomienda de Peteroa a manos de Juan Jufré, la de los terremotos que marcaron su cicatriz entre sus habitantes, la historia de Pequén, el campo militar el Culenar, de todos los hechos pasados y presentes
           
Sagrada Familia es el triunfo del hombre, es la superación del espíritu ante el repudio que avasalló su alma durante siglos de oscurantismo; el grito de redención de sus actuales vidas.  La historia de este territorio es reveladora y Pedro Valdés la hace real y palpable a través de páginas de recuento histórico propugnado un repaso documentado al pasado, dejando de paso un testimonio del presente. El autor alcanza la plenitud historiográfica.

Cuando llegó el conquistador a golpe de sable, se encontró con una cultura sólida y dueña de esta tierra. Esta no sucumbió  por su característica ancestral que trasmitió la idea, voceando la tradición y sus raíces hasta nuestros días. Este libro, rescata una historia que se remonta desde esos días de la conquista a la actualidad.


 “Para Arthur Schopenhauer el mundo no es sino la representación de una inmensa, permanente y ciega voluntad”. Que el autor nos transmite en cada detalle con acuciosidad, en 22 capítulos y sus detalles, la raíz, sus habitantes originales, el invasor, la conformación como territorio moderno, las tradiciones, las mercedes de tierra, la organización política, los caminos, las encomiendas, la agricultura, Peteroa, Lautaro, los pobladores, el ají, el río Mataquito, su comuna, etc. Un trabajo extenso, agotador que nos deja la gran satisfacción, que alguien como Pedro Valdés Núñez haya acometido con  esfuerzo y claridad, tan sólido trabajo para las generaciones futuras.

miércoles, 26 de agosto de 2015

ODA A LA PISCOLA

Oda a la Piscola
autor. Samuel Maldonado de la Fuente

Mulata del atardecer
encandilada por la muerte de la luz estival,
tu ojos pardos incitan al placer,
mis dedos ansiosos
en tu cintura transparente,
conjugan la melodía de mis labios.

Observo tu cuerpo oscuro
el incitante interior congelado
en los eternos hielos del placer.

Mulata de extrañas latitudes
mezcla de tinieblas y de luz
has vaciado el néctar transparente
que hace al hombre extasiarse de sueños,
en la plenitud de la noche oscura.

Eres una mezcla de lejanas pócimas
agua de manantial de vides,
sangre turbia de ensoñaciones nocturnas;
te vendes con la facilidad de las rameras.


Mulata etiquetada para el placer,
posees las mareas de altamar,
donde hasta la vecinas tienen su gracia,
y la mujer de tu amigo recibe su encanto
eres un néctar que adormece la tarde plena.

Tu alma viene separada desde el infierno
que nos pille confesado la segunda botella,
alguien riega hasta las plantas con anís de mono,
el ron lo toman los pitucos porque esta de moda,
el whisky parece pichi de siúticos,
pero la Piscola tiene el alma
de un pueblo embriagado por el amor.

viernes, 12 de junio de 2015

CLAUDIO GIACONI

 EL MITO
DE LA GENERACION INVISIBLE

Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente

         Después de la II Guerra Mundial, las generaciones literarias carecían de rumbo y sus actores caían en el pesimismo, la desconfianza, el escepticismo, el desencanto, que eran los rasgos comunes de los escritores chilenos de mitad del siglo XX. En este contexto surge la figura de Claudio Giaconi (1927 – 2007), quien en 1954 publica el libro “La Difícil Juventud”.

GIACONI  CURICANO


            Claudio Giaconi nació en esta tierra de enormes escritores y poetas como Augusto Santelices, Carlos René Correa, Pablo de Rokha, Efraín Barquero, René León Echaiz y Daniel Barros Grez. El escritor perteneció a una familia de inmigrantes Italianos radicados en la ciudad Curicana de Aguas negras, donde hizo sus primeros estudios  continuando sus humanidades en el Colegio Hispanoamericano de Santiago, que por razones económicas no terminó. Giaconi no tuvo estudios superiores sistemáticos como los miembros de su generación, la del 50 en el siglo XX, pero si tuvo sagacidad, voluntad y un don natural en su arte de escribir, el escritor que fue toda una promesa de su generación.

            Nació en Curicó el 23 de Agosto de 1927 y murió en Santiago años a los 79 años un viernes 22 de Junio de 2007. No quiso entrar a la universidad. Trabajó en una fábrica de conservas en Bélgica, fue becario en Roma y luego en París. Las hizo de periodista para la agencia UPI en Nueva York. Compartió en Manhattan un trago con Thelonious Monk. Tres años antes de morir se le detectó tuberculosis. El último año de su vida lo pasó en Lo Barnechea, aquejado de la rebeldía de una lenta agonía. Sufría de una trombosis que amenazaba con amputarle sus piernas, y por eso los médicos le recomendaron intervenir la aorta, aunque le advirtieron del riesgo de muerte.

           El escritor sabía de su grave estado de salud, lo cual no constituía ninguna novedad. Con anterioridad se había sometido a una difícil intervención a su fémur, su convalecencia al cuidado de una dama, le trajo mucha calma y afinidad casándose finalmente con ella por agradecimiento. La unión finalmente no prosperó. Vivió en el populoso Cerro 18 de Lo Barnechea.

           El escritor falleció en el Hospital El Salvador, como el fuego que anidó en su existencia, fue cremado y en una noche oscura de invierno, unos pocos parientes cumplieron su última voluntad, reposar en el territorio de su niñez, Curicó. El cortejo se desplazó por la carretera panamericana ingresando por la Avenida Alessandri hasta el cementerio Municipal, fue el encargado del Cementerio Patricio Pino quien abrió las puertas, allí en un antiguo monolito en el acceso en su verde prado que le rodea, esparcieron ceremoniosamente sus cenizas. Largo rato estuvieron las pocas personas que le acompañaron en silencio; sustraído del mundo literario, invisible ante los ojos de la historia quedaron sus últimos vestigios. No asistieron Nicanor Parra, Lafourcade, Alejandro Jodorowsky, Jorge Edwards,  ni muchos quienes lo admiraron, porque así lo quiso. Algunos poetas y admiradores hicieron un velatorio, en un bar cercano a la Sech. Todos se mostraron compungidos por la muerte de Claudio, no hubo llantos y todos en patota se largaron de ahí, “haciendo perro muerto”.
               En su ciudad de origen poco saben de su vida, sus obras y menos de la importancia que tuvo para la generación del 50, más se habla de  Pablo de Rokha, a quien Claudio Giaconi defendió diciendo: “Es el rapsoda del paso del subdesarrollo a la era tecnológica”.
              En alguna oportunidad dijo: "Regreso a Chile a hacer mi nido o a hacer mi hoyo, como se quiera", y cavó su propia tumba. Murió en su ley. Su religión, la literatura, la marihuana y el cigarrillo.

               En el lugar donde se esparcieron sus cenizas, en el acceso del cementerio, existe un modesta placa de mármol que reza: “Aquí están esparcidas las cenizas de Claudio Giaconi Ramírez” 23 del 08 de 1927 – 22 de 06 de 2007 Su Familia.

SU OBRA


               La actitud creadora de Claudio Giaconi, pone como finalidad los agudos problemas que aquejan al hombre contemporáneo, derivados de la última Guerra Mundial y que agobiaron a su generación. En el Trabajo “Una experiencia Literaria” concluye con algunas ideas: Superación del criollismo; mayor universalidad en concepciones y realizaciones; audacias formales y técnicas; alimentación de lo anecdótico, entre otras ideas.

              Como miembro de la Generación del 50; “no acepta los valores tradicionales, por íntimo inconformismo”. Giaconi fue uno de los revolucionarios, agitadores de los inicios de su generación, buscando desenmascarar las apariencias de la sociedad a través de nuevas técnicas literarias.

            Giaconi, estuvo siempre en total desacuerdo con lo tradicional y mantuvo cierta desilusión al no poder transformar la sociedad tan rápido como él lo quisiera. Por eso expresa con angustia a Luis Domínguez, en una entrevista para la revista Ercilla:

             “No creo en lo que he hecho (su literatura). Hay gente que le interesa la proyección neurótica de mí mismo. La necesidad de expresarse y escribir es una neurosis. Y yo he combatido mi neurosis y he triunfado sobre muchos defectos míos y cualidades que a la postre resultaron ser defectos.....Hoy no tengo necesidad de expresarme. Es más, desconfío de tal necesidad. Siento que he practicado la literatura como un error persistente”.

            Después de haber publicado “Un hombre en la Trampa, guardó silencio literario por largas jornadas, exiliándose voluntariamente en Estados Unidos sin publicar.


            Su obra “La Difícil Juventud”, ganó el Premio Municipal de Santiago en 1955.              
             Este contiene once cuentos en los cuales la macro realidad no es lo importante, pero sí la índole existencial de sus personajes. Este libro fue como el símbolo de su generación, a la que renuncia, cuando toda la crítica lo señalaba como la gran figura de su época.

              Sus cuentos son obra vital de una generación desconsolada y feroz como Harry Heller  de Herman Hess o de Agustín Meaulnes de Rimbaud o Raskolnikov. Agobiado por la nostalgia, después de haber deambulado por el mundo Italia, París, México y finalmente New York, regresa a Chile donde fallece en un hospital como el de Pezoa Veliz.
"La religión actual es que todo el mundo quiere llamar la atención", dijo a su vuelta al país en 1990, después de 20 años en EEUU.

               A Giaconi le interesó la poesía tanto como la narrativa, la música clásica y vagar por el Barrio Lastarria, al igual que releer a Dostoievsky. Su último libro editado en vida fue un poemario titulado "Etc.", aparecido en librerías meses antes de su muerte debido a un infarto al corazón. Disfrutó y padeció de una eterna soledad que lo convirtió en mito.

UN RETRATO


              Claudio Giaconi, fue un  dandy en su juventud, alto, flaco, de impecablemente de negro, se sentaba a fumar un cigarro tras otro, fantasmal y de mirada vigilante, el año 2004 estuvo al borde de la muerte por la tuberculosis, después de este episodio se recluyó en Lo Barnechea alejado de todos los círculos literarios en la meditación, quizás previniendo su cercana partida. Después de 20 años sin publicar, sacó a la luz el poemario “Etc.” (Calabaza del Diablo), donde el hablante era nada menos que El Hombre Invisible.
              “El Premio Nacional Armando Uribe recuerda que lo conoció en la década del 50 cuando todos éramos jóvenes y Lafourcade publicó la “Antología del nuevo cuento chileno”. El mayor talento literario de ese grupo lo tenía Giaconi; un escritor que tuvo experiencias muy variadas; era secreto, en sus conversaciones no imponía lo que estaba escribiendo. Aunque uno no tuviera una gran amistad con él, se conversaba con gusto e interés, era ingenioso y a la vez impávido”.
              Iván Quezada recuerda: “el tabaquismo de toda su vida le pasó la cuenta y sus arterias no resistieron las maniobras de los cirujanos”.
              En 1960, una invitación del gobierno italiano, le nuevos bríos  de trashumante. Viaja por Europa y se radica en México. En 1963 – 1969, es contratado como profesor en la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos. En 1973, asume como redactor bilingüe en la agencia noticiosa UPI.

                Con los años,  muchos de su generación han ido partiendo a desentrañar el misterio de la muerte. Herbert Müller, Luis Alberto Heiremans, Mario Espinoza, Armando Cassigoli, Jaime Lazo, Pablo García, José Donoso. De la Generación del 50, quedan algunos náufragos que luchan por sobrevivir.

                 Se rumoraba en los círculos literarios nacionales de la época, que Giaconi fue una especie de gran murciélago de los bares neoyorkinos, que al igual que Alsino de Pedro Prado, este volaba con sus ensoñaciones sobre los rascacielos de la ciudad y era inalcanzable para los de su generación.



OBRA
1. “La Difícil Juventud” (1954) Cuentos. (Premio Municipal de Santiago 1955)
2. “El Sueño de Amadeo” (1959)
3. “Un Hombre en la Trampa (Gogol) (1960) Ensayo. (Premio Gabriela Mistral, Municipalidad de Santiago)
4. “El Derrumbe de Occidente” (1985) Poemas.
5. “Opus 4”
6. “F” (2007) Poemas


Samuel Maldonado de la Fuente.
Ensayista y crítico literario -  escritor – poeta –Ingeniero Ejecución  Industrial. Nació en Linares un 22 de diciembre de 1949.  
Ha dedicado su vida al quehacer cultural; fue Presidente del Centro Cultural IANSA durante 20 años, Presidente del Centro de Desarrollo Cultural de Curicó,  fundador y Presidente de la Sociedad de Escritores “René León Echaiz” de Curicó en 1998,   actualmente es su presidente.
Ejerció como periodista  por largo período, fundando los periódicos “Sucesos” (1989) y “La Idea de la Semana” (1990 – 1996), editando además las revistas de literatura “El Centro” y “Signo”, a través de una década, con un claro mensaje descentralizador.

Producción literaria:
“Adolescente” (poemas, 1968) Ed. Sucesos Linares.
“El Mesón de los Borrachos” (cuentos, 1969) Ed. Sucesos Linares.  
“Voces de Rauco, Alejandro Gutiérrez” (ensayo, 1982) Ed. Mataquito Curicó.
“Senderos del Tiempo” (poemas, 1983) Ed Mataquito Curicó.  
“Poesía de Tiempos Invisibles” (poemas, 2000) Ed. Hijos del Maule Curicó.
“Historia de la Literatura Curicana” (ensayo, 2001) Ed. Hijos del Maule Curicó.
“Visión Personal de la Literatura Curicana” (ensayo, 2008) Ed. U.Valparaíso.
“Sentidos Colaterales”(poemas 2015) Ed. Hijos del Maule, Valparaíso.
  

obras inéditas: “El Portal” (novela ficción sobre la vida de Lautaro) 2015, “El Pensamiento Infinito” (poemas) 2015; “La Ciudad Inversa”, (poemas 2015).  "El   Pellejo ajeno" Cuentos. 2015.   

sábado, 2 de mayo de 2015

AUGUSTO SANTELICES, PARA QUE NO ME OLVIDES… (1907 – 1980) Vichuquén.

AUGUSTO SANTELICES, PARA QUE NO ME OLVIDES…
(1907 – 1980) Vichuquén.


Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente
                                             
“Cuando no puedas amansar la pena
Cuando la púa del dolor te crispe,
Ven a la cima donde nace el viento
            Pampo Francisco…”

Augusto Santelices componen sus versos de dolor y drama humano, desde la tierra agreste y solitaria, como si su entorno fuera una gran casa de adobe con sus huertos de seres abandonados, pero recogidos por la palabra en la naturaleza propia y social.

El poeta es un símbolo de la maulinidad, que habita en los rincones crepusculares de la costa curicana, allá en las serranías cobrizas de Licantén. Eligió esta tierra silenciosa y cálida, a la vida santiaguina donde estudió. Esta localidad se desarrolló  gracias a la llegada del ferrocarril en 1938 conectando al pueblo con  Curicó. Licantén en aspecto toponímico, tiene muchos significados etimológicos como "lugar de la piedra encantada", "tierra de cobardes", o de "hombre fuerte". Paralelo al pueblo deambula el río Mataquito, cuya cuenca tiene 6.190 km2, y se origina de la confluencia del río Teno, allí aún se perciben vestigios del pasado como pueblo de aires evocativos. Los Incas que invadieron este territorio antes de la llegada de los españoles, llamaron “Mataquetha” al río, que significaba “dar coces la llama”, por lo mismo que la palabra es quechua.


EL POETA Y SU RAIZ

Augusto Santelices nació en Vichuquén  el 14 de Septiembre de 1907, lugar al que el poeta llamó en algún momento “Tierra de olvido”, era el habitat de brujos y de mitológicos seres-pájaros, los Tué-Tué,  que tanta fantasía llevan a la mente de sus habitantes; Pedro Prado los inmortalizó con su publicación de Alsino en 1920, abriendo las compuertas de un realismo mágico de esencia criollista, usando la fantasía como principal tópico literario.  El Poeta finalmente enclavó en otro olvido, el cementerio de Licantén, allí yacen sus restos mortales, lugar al que se accede con dificultad por un sendero polvoriento y asoleado, una humilde lápida de mármol derruido, menciona el nombre del poeta y del hijo perdido a temprana edad. La soledad del lugar, el silencio misterioso y los escasos visitantes, dan a ese pequeño lugar un real sentido poético. El cementerio está en una ladera del cerro, como subiendo a la montaña sagrada. Falleció el 1º de Mayo de 1980 a la edad de 73 años.

Ema Jauch nos recuerda que “de su lejana niñez, una tía coleccionaba y pegaba cuidadosamente recortes de diarios y revistas con noticias literarias del poeta que llamaba “El libro de Antología” donde aparece un poema publicado por Zig.-Zag que se titula “Solo diez años después”, donde ya mostraba la finura y elegancia del poeta:

“miro tus velas blancas, sutiles y distantes,
Que en los mares del mundo jamás podré alcanzar.
Sólo porque tu barca partió diez años antes
Ya no podré amar.”

A los doce años se definía como “un mocoso de humanidades” hijo de la vieja raigrambe provinciana, que después de aprender lo más elemental en su pueblo, pasó al Liceo de Talca, donde cursó hasta el primer año de humanidades inclusive.

Dice Alfonso Escudero: “Perduraba allí todavía la fama de la política impresa por don Enrique Molina y don Alejandro Venegas. Pero el rector era ahora don Ruperto Banderas Le Brun. Otros profesores que el poeta recuerda son el zorro Villarroel, inspector, don Baudilio Lagos y el de Francés, don Ignacio Herrera Sotomayor”.

            En 1920 junto a sus hermanas se traslada a Santiago, donde prosigue estudios en el liceo Valentín Letelier, allí fue un alumno estudioso y provechoso. El Rector era don Rubén Guevara y entre los profesores, destacaban Carlos R. Mondaca y a Mariano Latorre, este último como sabía hacerlo,  lo estimuló a proseguir en la literatura.
            En 1924 fue Bachiller y prefirió la carrera de Derecho (1925–29). Concluyó Leyes en 1929. En su memoria de grado (1930) la tituló “Esquema de una situación económica- social de Iberoamérica. Luego ingresó a su práctica en el Bufete de Oscar Pinochet, Santiago Macchiavello y Lisandro Santelices.

            De su época de estudiante universitario traba amistad con Julio Barrenechea, René Frías Ojeda, Oscar Weiss, Luis Corvalán Valero, Benjamín Morgado, Clemente Andrade Marchant, Raúl Cañón, Raúl Juliet, quienes deciden dar un “Golpe de estado” (como lo relata Enrique Salinas) y se apoderan de la “Academia de Literatura y Artes” que funciona en “El Diario Ilustrado”, a modo de ironía literaria le llaman “Montepío Intelectual” y proclaman la abolición actas y estatutos. Otra de las medidas, es que la Presidencia sería rotatoria de acuerdo a la estatura. Por esa época dirigió la Revista del centro de derecho: “Mástil”.
           
            Era la época de los cambios estéticos en la sociedad y en especial entre los artistas, época de “Ismos”, aparece el surrealismo, el cubismo, el creacionismo entre muchos y el forma parte de una nueva corriente, importada de Europa, el Runrunismo en 1928, levantando acta solemne  de una corriente que ellos mismo llaman “Inútil”. Al menos sacudieron la abúlica sociedad en la que convivían, con rasgos retinianios. En  una actitud un tanto Dadaísta, decide expulsar a cuatro de sus miembros y se expulsa el mismo.

Llegó a Santiago en épocas convulsionadas de efervescencia política. Cuando el “León de Tarapacá”, Arturo Alessandri gestaba su candidatura, entre las revueltas de la federación de Estudiantes de esos años, llegaba al Valentín Letelier de Santiago, donde traba sus primeros contactos con Mariano Latorre.

En 1925 ingresa a estudiar Derecho en la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile. En 1926 ya empieza a escribir, con el ensayo “El Imperialismo yanqui y su influencia en Chile”, posteriormente se transforma en asiduo colaborador de los diarios “El Mercurio”, “Ultimas Noticias” y en las revistas “Zig-Zag” y “Letras” de Santiago.

En 1929, recién aparece con el libro “El agua en sombra”, participando con una poesía de nuevos tiempos, es el advenimiento de algo nuevo y distinto.

Se cuenta que en el desaparecido Teatro Nacional durante una función, anunciaron al poeta Santelices, los espectadores quedaron impactados por su figura, “extremadamente delgado, flaco y pálido, enfundado en estrecho y enlutado traje negro, luciendo polainas blancas” como recuerda Oreste Plath, revienta la platea leyendo el poema “Oda a la Botella”, este último impactó al mismo Neruda que a la vuelta de Rangoon donde fue cónsul, le manda a llamar y en una recepción en su honor, vuelve a leerla. Neruda se emociona y lo abraza. Por otro lado, Santelices se avergüenza por la lectura ante tan distinguida figura.

            En ese desaparecido Teatro nacional de Santiago, joven y universitario, Santelices sorprende con su nueva obra lee en muchos salones a los que asiste y se transforma en el impacto poético de la época es el  “Oda  a la Botella”:

“¡Oh, Señora! ¡Oh, Botella!
Del corazón ardido de soles y de estrellas,
Hada maravillosa, diosa de la alegría,
A tu influjo se trueca la noche por el día,
Se muda el oro en cobre,
Se vuelve el pobre rico y el rico queda pobre!

¡Oh, Señora! ¡Oh, Botella!
Los caminos del mundo se alumbran con tu estrella;
Lámpara de Aladino,
En tu fuego se queman lo humano y lo divino;
Barco de la fortuna,
En tu equipaje iremos un día hasta la luna...!

Y era un país divino
Donde el agua, la sangre y la savia es el vino,
Donde el mar y los ríos, los lagos y las fuentes
Son plenos de aguardiente,
Donde en los campos solos, besando las estrellas,
Se yerguen alamedas de pálidas botellas....

Donde las dulces niñas
Antes de pedir novio pedían una viña;
En donde las señoras se daban grandes farras
A la sombra ideal de las hojas de parra;
 Donde el Sultán tenía once mil odaliscas
Que si les falta el whisky se van poniendo bizcas.

País celeste de la dicha
Donde llovía chicha;
Donde era el mar de vino
Y yo sobre un tonel, era marino;
País en donde el agua
Nunca la conocieron ni las guaguas;

 Y en donde hasta la sopa
La servían en copa;
Donde era cosa llana
Apagar los incendios con una damajuana;
Donde, en lugar del casco,
Los heroicos bomberos se ponían un frasco.

Donde admiten los bancos
Depósitos en tinto, sobregiros en blanco,
Donde soy tesorero de un pueblo peregrino
En donde los impuestos se cancelan en vinos
Y donde el jardinero, sólo por darse tono,
                 Riega las flores con anís del Mono.


EL POETA Y SU MUNDO
augusto santelices.jpg













El poeta se casa con Silvia González en el fundo “Santa Amelia” en Licantén, las campanas entonan Docomávida, en ese momento cumplirá 30 años en 1937 y se radicará para siempre. Este acto queda estapado en el poema “Recién casada”.
Tus ojos se diluyeron
Como una droga en mis venas;
Me dieron sed tus cabellos
densos, como una miel lenta.

Nuestro abrazo echó a la brisa
Un cuchicheo de yerbas;
Los dondiego y se asomaron
Dilatados de sorpresa.

Estabas bajo la tarde
Como una corra abierta;
Yo no podía apartarme
Borracho como abeja
…………………………………

Vinieron los hijos y las promesas; María de la Luz, María Consuelo y Francisco Alejandro que fallece tempranamente, al que Santelices dedica su libro “Un Hijo es como un río”.


Fue Regidor por Licantén y más tarde Alcalde por dos periodos. En 1976 es declarado Hijo Ilustre de Vichuquén. Por esos años, ingresa a la Masonería Curicana, donde llega al grado de Maestro.  Augusto Santelices, fue Abogado, Notario y Conservador de Bienes Raíces y finalmente jubiló como Juez de Letras del Departamento de Licantén.
Muchas son las  anécdotas que se cuenta en su calidad de Juez, se dice que, en más de una oportunidad envió sus escritos judiciales en verso, esto le causaba mucha risa dada su fina ironía poética.

 “Un Hijo es como un Río”, se llamará su ultimo libro impreso en 1970, con ilustraciones de Pedro Olmos. Bajo el sello de ediciones Ancoa. Gran aprecio sentía por los poetas e intelectuales linarenses, como Pedro Olmos, Emma Jauch, Manuel Francisco Mesa Seco y Samuel Maldonado Silva. Las visitas aumentaron entre el Fundo Santa Amelia y la Villa de San Ambrosio de Linares.
Santelices posee su propia aldea costina, donde la memoria se detiene en el tiempo, llamase Licantén, Vichuquén, Lora; La vocación social la comparte como líneas de pan, de amor, líneas de fe, nostalgia de un pasado que cabalga sus versos. Las cadencias de esta poesía, deambulan entre los cerros, las nubes,  la luna, los puquíos y los personajes del pueblo, que emergen con  magia a través del recuerdo.
Su voz trae nostalgia desenfrenada, es el Buscarril a la costa que serpentea en sus versos, el río que amanece en velo, la vivencias de un pueblo construido en el agua, los cerros con su elegía de brumas, los hombres estampando su espíritu al atardecer, hay silencio en sus caseríos, es Licantén o la tierra de nunca jamás.  
La intensidad poética radica en la naturaleza de sus personajes, el universalismo rural; el pueblo como una estampa de soledad es el arte que rescata el sentimiento y el alma de lo que siempre añoraremos.

Una soleada tarde de Otoño, por un sendero polvoriento que conducía hasta una colina donde está el cementerio de Licantén, el féretro invadió el silencio y el olvido. Aun se escucha su voz tronando en el aire costino al cumplirse 107 años de su nacimiento aunque han paso largos 34 años de su desaparición, un día primero de Mayo.

Algunos versos se su obra fundamental nos quedan repicando al oído.

 “Eras por fin el hombre y eras rubio,
Erguido como una canción que va a quebrarse……………….
Un hijo es como un árbol plantado en nuestro pecho.
Pero ya no será, ya no tendré relevo,
¿Qué torva bestia decoloró tu sangre
Tronchó tu clara espiga, quebró tu cien de cuarzo?
Un hijo es una herida que no cerrará nunca…..

Augusto Santelices posee una nostalgia del origen, de la media luz o de la semi sombra o un espacio de vida cotidiana: la plaza, el toque de campana que anuncia los trenes, la charla de invierno junto a los rescoldos, las carretas cargadas de trigo, los amigos, el vino. No es el espacio del mito, sino el de la nostalgia de lo que ya no existe, o está oxidado o en miras de hacerlo. ¿Cómo reconstituir la aldea lárica en ruinas? Haciendo contacto con los pájaros, los caballos, el viento, el bosque, la sombra y la luz del sur. Esto es cogiendo el territorio que me circunda.

            Curicó es un territorio demarcado por grandes poetas, como lo fue Pablo de Rokha o Carlos René Correa, o Hernán Calquín Santelices, es la continuación de la ruralidad en su hábitat natural, que permanece con el paso de los años. Otros destacados son Daniel Barros Grez, Efraín Barquero, Gladys Thein, Héctor Aravena González, Armando Arriaza, Héctor Oyarzun, Tomás Guevara, René León Echaiz y en todos predomina la evocación como una forma de retrotraerse a las épocas más esplendorosas del ser.

Gran tarea es la de rescatar esa esencia, suprimir la violencia, fortalecer la palabra apaciguadora, reencontrarnos con los valores primordiales y establecer un nexo entre memoria y realidad. Augusto Santelices volvió un día a este terruño, a sus raíces y enclavó en el olvido. Ahí está su tumba alcanzada por los musgos del silencio, esperando el sonoro otoño, en que las hojas vuelan como pájaros huidizos y la brisa silba para escuchar su voz y sus palabras que aun sobreviven.


Referencias:
Ema Jauch, “Augusto Santelices, el Juez-Poeta de Licantén” Revista Maule UC, 1988.
Carlos René Correa: Diario la mañana de Talca 28 de Abril de 1992, artículo.
Enrique Salinas: “Augusto Santelices, la poesía con poncho curicano” Domingo 31 oct. 1993.
Orlando Gutiérrez: “Versos Inéditos de Santelices” Diario La Prensa Junio de 1991.
Samuel Baeza Reyes: Diario la Prensa  29 de Julio de 1973.

 Samuel Maldonado de la Fuente. Ingeniero Industrial, poeta, narrador y ensayista de larga trayectoria en las letras curicanas y de la región del Maule. Fundador de los periódicos  "Sucesos" (Curicó); "La idea de la semana" (Curicó) y Revista "Signo"; Ha publicado "Adolescente". Poemas (1968); "El Mesón de los borrachos". Cuento (1969); "Voces de Rauco: Alejandro Gutiérrez". Ensayo (1982); "Senderos del tiempo". Poemas (1983); "Poesía de tiempos invisibles" (2000), La ciudad Invisible (2003) y "Visión personal de la literatura curicana". Ensayo (2008), “El Pellejo Ajeno” cuentos 2014 y “Sentidos Colaterales” Poemas 2015.