lunes, 2 de julio de 2007

Índex Librorum Prohibitorum



El libro negro de la Iglesia Católica.

El nombre antes escrito, ya nos produce cierta sensación de misterio y un retroceso a los oscuros días de la inquisición. Junto con la recopilación y estructuración de la Biblia por Constantino, la iglesia Católica naciente, impuso sus términos terrenales para controlar la fe pública de los cristianos de siglo IV. Con el correr de los siglos, el poder y la omnipotencia religiosa se manifestó con la creación de la Sagrada Inquisición, que tenía más de satánica que religiosa.
Aún en estas circunstancias, el papa Paulo IV promovió la idea de crear un centro de bases precursor de Dicom, en su efecto inhumano, para proteger la fe de las ideas peligrosas y heréticas, en 1559, cuyo efecto era prohibir todo libro condenado por la Iglesia.
Lo narrado al respecto por el periodista Oscar Contardo en su artículo bien elaborado, respecto a las prohibiciones del Index, no dejan de impresionarnos.
Durante el primer Concilio Ecuménico de Nicea (325 d.C.) no sólo fue condenado Arrio, sino su libro titulado "El Banquete" o la "Talia". Se elaboraron listas de libros prohibidos en la Universidad de París y por autoridades eclesiásticas y políticas locales durante el siglo XVI, pero no fue hasta 1559 cuando la prohibición por primera vez abarcara toda la cristiandad y se utilizará por primera vez la denominación de "Índex".
Bajo el alero de la Inquisición la censura de libros también llegó a América, y, según describe el historiador peruano Pedro Guibovich ("Inquisición y censura de libros en el Perú medieval" Ed. del Congreso de Perú), el sistema del virreinato era calcado al español. La oficina inquisitorial examinaba periódicamente barcos y equipajes, bibliotecas, librerías e imprentas. Como advierte la versión de 1842 del Índex, los libreros tenían sesenta días desde la publicación de la lista para "hacer un inventario o memorial de todos los libros que son a su cargo por abecedario, que comience por los sobrenombres o nombres de los autores, declarando los libros que tienen o no tienen". De no hacerlo se corría el peligro de dos años de destierro. Se censuraban no solo obras completas sino también trozos de ellas.
Mientras sobre algunos autores se prohibían sólo párrafos, sobre otros se proscribían las obras completas. Al selecto grupo pertenecieron Sartre, Gide, Zola, Balzac y Diderot. El sexólogo holandés Theodor Hendrik van de Velde, quien mucho antes que Masters y Johnson salieran de la universidad publicó su manual de sexualidad "El matrimonio perfecto", de gran popularidad en los países nórdicos, pero censurado por ser considerado pornográfico e impropio.
Eliminado en 1966 por Paulo VI, en el espíritu de renovación del Concilio Vaticano II, el Índex era férreamente defendido hasta bien entrado el siglo XX. En 1929 el cardenal Merry del Val, como secretario de la Congregación del Santo Oficio, sostenía que "La necesidad de suprimir las publicaciones maliciosas por el bienestar público, ha sido particularmente probada el último tiempo, cuando incluso los gobiernos civiles han usado la censura preventiva para proteger el sistema judicial y el orden público con una rigidez desconocida por la Iglesia".
Pantagruel de Rabelais, por ejemplo, no pudo entrar en Estados Unidos hasta 1930, cuando se levantó la prohibición del departamento de Aduanas para las ediciones que tuvieran ilustraciones obscenas. "El reporte de la delegación de Siberia", de Trostky, no tuvo caso. Fue prohibido primero por el gobierno imperial en 1903 y después por la Unión Soviética en 1927. El mismo destino tuvo Mark Twain con "Las aventuras de Tom Sawyer". En 1876 fue excluido de la biblioteca pública de Nueva York por tratarse de "basura adecuada sólo para marginales", mientras que en 1930 el libro era confiscado en la frontera de la Unión Soviética.
No es menos cierto, las prohibiciones de que ha sido objeto “El Código Da Vinci”, por crear un ámbito de reflexión histórica respecto a los verdaderos hechos históricos de la religiosidad, por otra parte el Video de “La Tumba de Jesús” promovida por de History Channel, en cuanto devela un nuevo entendimiento para la cristiandad. El “Index” es una golosina que han usados dictadores, inquisidores y todos aquellos que quieren manipular la conciencia del pueblo.

1 comentario:

project dijo...

siempre encontraremos estas mutilaciones a la libertad.
El poder religioso o político imponen su irracionalidad.
Tambien existe la reacción a estos casos.