EL MITO
DE LA GENERACION INVISIBLE
Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente
Después de la II Guerra Mundial, las generaciones literarias carecían de rumbo y sus actores caían en el pesimismo, la desconfianza, el escepticismo, el desencanto, que eran los rasgos comunes de los escritores chilenos de mitad del siglo XX. En este contexto surge la figura de Claudio Giaconi (1927 – 2007), quien en 1954 publica el libro “La Difícil Juventud”.
GIACONI CURICANO
Claudio Giaconi nació en esta tierra de enormes escritores y poetas como Augusto Santelices, Carlos René Correa, Pablo de Rokha, Efraín Barquero, René León Echaiz y Daniel Barros Grez. El escritor perteneció a una familia de inmigrantes Italianos radicados en la ciudad Curicana de Aguas negras, donde hizo sus primeros estudios continuando sus humanidades en el Colegio Hispanoamericano de Santiago, que por razones económicas no terminó. Giaconi no tuvo estudios superiores sistemáticos como los miembros de su generación, la del 50 en el siglo XX, pero si tuvo sagacidad, voluntad y un don natural en su arte de escribir, el escritor que fue toda una promesa de su generación.
Nació en Curicó el 23 de Agosto de 1927 y murió en Santiago años a los
79 años un viernes 22 de Junio de 2007. No quiso entrar a la universidad.
Trabajó en una fábrica de conservas en Bélgica, fue becario en Roma y luego en
París. Las hizo de periodista para la agencia UPI en Nueva York. Compartió en
Manhattan un trago con Thelonious Monk. Tres años antes de morir se le detectó
tuberculosis. El último año de su vida lo pasó en Lo Barnechea, aquejado de la
rebeldía de una lenta agonía. Sufría de una trombosis que amenazaba con
amputarle sus piernas, y por eso los médicos le recomendaron intervenir la
aorta, aunque le advirtieron del riesgo de muerte.
El escritor sabía de su grave estado de salud, lo cual no constituía
ninguna novedad. Con anterioridad se había sometido a una difícil intervención
a su fémur, su convalecencia al cuidado de una dama, le trajo mucha calma y
afinidad casándose finalmente con ella por agradecimiento. La unión finalmente
no prosperó. Vivió en el populoso Cerro 18 de Lo Barnechea.
El escritor falleció en
el Hospital El Salvador, como el fuego que anidó en su existencia, fue cremado
y en una noche oscura de invierno, unos pocos parientes cumplieron su última
voluntad, reposar en el territorio de su niñez, Curicó. El cortejo se desplazó
por la carretera panamericana ingresando por la Avenida Alessandri hasta el
cementerio Municipal, fue el encargado del Cementerio Patricio Pino quien abrió
las puertas, allí en un antiguo monolito en el acceso en su verde prado que le
rodea, esparcieron ceremoniosamente sus cenizas. Largo rato estuvieron las pocas
personas que le acompañaron en silencio; sustraído del mundo literario,
invisible ante los ojos de la historia quedaron sus últimos vestigios. No
asistieron Nicanor Parra, Lafourcade, Alejandro Jodorowsky, Jorge Edwards, ni muchos quienes lo admiraron, porque así lo
quiso. Algunos poetas y admiradores hicieron un velatorio, en un bar cercano a
la Sech. Todos se mostraron compungidos por la muerte de Claudio, no hubo
llantos y todos en patota se largaron de ahí, “haciendo perro muerto”.
En su ciudad de
origen poco saben de su vida, sus obras y menos de la importancia que tuvo para
la generación del 50, más se habla de Pablo
de Rokha, a quien Claudio Giaconi defendió diciendo: “Es
el rapsoda del paso del subdesarrollo a la era tecnológica”.
En alguna oportunidad
dijo: "Regreso a Chile a hacer mi nido o a hacer mi hoyo, como se
quiera", y cavó su propia tumba. Murió en su ley. Su religión, la literatura,
la marihuana y el cigarrillo.
En el lugar donde se
esparcieron sus cenizas, en el acceso del cementerio, existe un modesta placa
de mármol que reza: “Aquí están
esparcidas las cenizas de Claudio Giaconi Ramírez” 23 del 08 de 1927 – 22 de 06
de 2007 Su Familia.
SU OBRA
La actitud creadora de Claudio Giaconi,
pone como finalidad los agudos problemas que aquejan al hombre contemporáneo,
derivados de la última Guerra Mundial y que agobiaron a su generación. En el
Trabajo “Una experiencia Literaria” concluye con algunas ideas: Superación del
criollismo; mayor universalidad en concepciones y realizaciones; audacias
formales y técnicas; alimentación de lo anecdótico, entre otras ideas.
Como miembro de la Generación del 50; “no acepta los valores tradicionales, por íntimo inconformismo”. Giaconi fue uno de los revolucionarios, agitadores de los inicios de su generación, buscando desenmascarar las apariencias de la sociedad a través de nuevas técnicas literarias.
Como miembro de la Generación del 50; “no acepta los valores tradicionales, por íntimo inconformismo”. Giaconi fue uno de los revolucionarios, agitadores de los inicios de su generación, buscando desenmascarar las apariencias de la sociedad a través de nuevas técnicas literarias.
Giaconi, estuvo siempre en total desacuerdo con lo tradicional y mantuvo cierta desilusión al no poder transformar la sociedad tan rápido como él lo quisiera. Por eso expresa con angustia a Luis Domínguez, en una entrevista para la revista Ercilla:
“No creo en lo que he hecho (su literatura). Hay gente que le interesa la proyección neurótica de mí mismo. La necesidad de expresarse y escribir es una neurosis. Y yo he combatido mi neurosis y he triunfado sobre muchos defectos míos y cualidades que a la postre resultaron ser defectos.....Hoy no tengo necesidad de expresarme. Es más, desconfío de tal necesidad. Siento que he practicado la literatura como un error persistente”.
Después de haber publicado “Un hombre en la Trampa, guardó silencio literario por largas jornadas, exiliándose voluntariamente en Estados Unidos sin publicar.
Su obra “La Difícil Juventud”, ganó el Premio Municipal de Santiago en 1955.
Este contiene once cuentos en los
cuales la macro realidad no es lo importante, pero sí la índole existencial de
sus personajes. Este libro fue como el símbolo de su generación, a la que
renuncia, cuando toda la crítica lo señalaba como la gran figura de su época.
Sus cuentos son obra vital de una generación desconsolada y feroz como Harry Heller de Herman Hess o de Agustín Meaulnes de Rimbaud o Raskolnikov. Agobiado por la nostalgia, después de haber deambulado por el mundo Italia, París, México y finalmente New York, regresa a Chile donde fallece en un hospital como el de Pezoa Veliz. "La religión actual es que todo el mundo quiere llamar la atención", dijo a su vuelta al país en 1990, después de 20 años en EEUU.
Sus cuentos son obra vital de una generación desconsolada y feroz como Harry Heller de Herman Hess o de Agustín Meaulnes de Rimbaud o Raskolnikov. Agobiado por la nostalgia, después de haber deambulado por el mundo Italia, París, México y finalmente New York, regresa a Chile donde fallece en un hospital como el de Pezoa Veliz. "La religión actual es que todo el mundo quiere llamar la atención", dijo a su vuelta al país en 1990, después de 20 años en EEUU.
A Giaconi le
interesó la poesía tanto como la narrativa, la música clásica y vagar por el
Barrio Lastarria, al igual que releer a Dostoievsky. Su último libro editado en
vida fue un poemario titulado "Etc.", aparecido en librerías meses
antes de su muerte debido a un infarto al corazón. Disfrutó y padeció de una eterna soledad que lo convirtió en
mito.
UN RETRATO
Claudio Giaconi, fue un dandy en su juventud, alto, flaco, de impecablemente de negro, se sentaba a fumar un
cigarro tras otro, fantasmal y de mirada vigilante, el año 2004 estuvo al borde
de la muerte por la tuberculosis, después de este episodio se recluyó en Lo
Barnechea alejado de todos los círculos literarios en la meditación, quizás
previniendo su cercana partida. Después de 20 años sin publicar, sacó a la luz
el poemario “Etc.” (Calabaza del Diablo), donde el hablante era nada menos que
El Hombre Invisible.
“El Premio Nacional Armando Uribe recuerda que lo conoció en la
década del 50 cuando todos éramos jóvenes
y Lafourcade publicó la “Antología del nuevo cuento chileno”. El mayor talento
literario de ese grupo lo tenía Giaconi; un escritor que tuvo experiencias muy
variadas; era secreto, en sus conversaciones no imponía lo que estaba
escribiendo. Aunque uno no tuviera una gran amistad con él, se conversaba con
gusto e interés, era ingenioso y a la vez impávido”.
Iván Quezada recuerda: “el
tabaquismo de toda su vida le pasó la cuenta y sus arterias no resistieron las
maniobras de los cirujanos”.
En 1960, una invitación del gobierno italiano, le nuevos bríos de trashumante. Viaja por Europa y se radica
en México. En 1963 – 1969, es contratado como profesor en la Universidad de
Pittsburgh, en Estados Unidos. En 1973, asume como redactor bilingüe en la
agencia noticiosa UPI.
Con los años, muchos de su generación han ido partiendo a
desentrañar el misterio de la muerte. Herbert Müller, Luis Alberto Heiremans,
Mario Espinoza, Armando Cassigoli, Jaime Lazo, Pablo García, José Donoso. De la
Generación del 50, quedan algunos náufragos que luchan por sobrevivir.
Se rumoraba en los círculos literarios nacionales de la época, que Giaconi fue una especie de gran murciélago de los bares neoyorkinos, que al igual que Alsino de Pedro Prado, este volaba con sus ensoñaciones sobre los rascacielos de la ciudad y era inalcanzable para los de su generación.
OBRA
1. “La Difícil Juventud” (1954) Cuentos. (Premio Municipal de Santiago 1955)
2. “El Sueño de Amadeo” (1959)
3. “Un Hombre en la Trampa (Gogol) (1960) Ensayo. (Premio Gabriela Mistral, Municipalidad de Santiago)
4. “El Derrumbe de Occidente” (1985) Poemas.
5. “Opus 4”
6. “F” (2007) Poemas
Samuel Maldonado de la Fuente.
Ensayista y crítico literario - escritor – poeta –Ingeniero Ejecución Industrial. Nació en Linares un 22 de
diciembre de 1949.
Ha dedicado su vida al quehacer cultural; fue
Presidente del Centro Cultural IANSA durante 20 años, Presidente del Centro de
Desarrollo Cultural de Curicó, fundador
y Presidente de la Sociedad
de Escritores “René León Echaiz” de Curicó en 1998, actualmente es su presidente.
Ejerció como periodista por largo período, fundando los periódicos
“Sucesos” (1989) y “La Idea
de la Semana ”
(1990 – 1996), editando además las revistas de literatura “El Centro” y
“Signo”, a través de una década, con un claro mensaje descentralizador.
Producción
literaria:
“Adolescente” (poemas, 1968) Ed. Sucesos Linares.
“El Mesón de los Borrachos” (cuentos, 1969) Ed.
Sucesos Linares.
“Voces de Rauco, Alejandro Gutiérrez” (ensayo, 1982)
Ed. Mataquito Curicó.
“Senderos del Tiempo” (poemas, 1983) Ed Mataquito
Curicó.
“Poesía de Tiempos Invisibles” (poemas, 2000) Ed.
Hijos del Maule Curicó.
“Historia de la Literatura Curicana ”
(ensayo, 2001) Ed. Hijos del Maule Curicó.
“Visión Personal de la Literatura Curicana ”
(ensayo, 2008) Ed. U.Valparaíso.
“Sentidos Colaterales”(poemas 2015) Ed. Hijos del
Maule, Valparaíso.
obras inéditas: “El Portal” (novela ficción sobre la
vida de Lautaro) 2015, “El Pensamiento Infinito” (poemas) 2015; “La Ciudad Inversa ”, (poemas 2015). "El Pellejo ajeno" Cuentos. 2015.
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