miércoles, 8 de junio de 2022

Jaime González Sepulveda, poeta Curicano

 

EL OXIGENO INVISIBLE De la poesía curicana, Jaime González Sepúlveda.

Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente

Parodiando el libro sobre Huidobro, escrito por Rafael Squirru, deseo demostrar como el poeta Jaime González Sepúlveda, es la más clara manifestación de la vivencia poética que irradia a su entorno.


Hombre poeta eres, por eso tendrás que vivir como poeta. “Rey sin reino, tu palabra será tu cetro y tu corona”

El poeta nació en Curicó donde hizo sus primeros estudios, luego ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, donde obtuvo el título de abogado. Cuando llegó a Santiago para iniciar sus estudios universitarios, lo hizo en compañía de su padre Orlando González Gutiérrez el que sostuvo una conversación con el Abogado Jorge Sepúlveda Torres, para que este último, convenciera a Jaime que siguiera esa carrera, que él prefería ser artista. Parece que lo convenció.

Su casa era el viejo solar o casona de Camilo Henríquez esquina Membrillar, una joya arquitectónica que posteriormente fue demolida en aras del progreso, allí se congregaban un buen número de poetas y escritores entorno a su padre, por el cual bautizaron al grupo Orlando González Gutiérrez.

Hoy queremos destacar la figura del poeta Jaime González Sepúlveda, por su constante trabajo literario y su presencia en una generación literaria que enfrentó difíciles épocas sociales en los años 70. Ha sido publicado en revistas y antologías, posee una gran capacidad intelectual, de explosivas imágenes con marcado sentido social y bohemio, que se trasunta en versos a veces dolorosos y rebeldes. Se encuentra en antologías en Francia y España donde también ha participado con indudable fuerza en concursos literarios.

Su poesía reveladora, reflexiva y soñadora, guarda algo de surrealismo, de realismo mágico y simbolista a la vez. Su verdadera pasión es intensa y viril, busca estados éticos removiendo conciencias. Pone al ser de cara a la realidad, a lo objetivo cuya razón refleja una crítica social áspera.

“Al pioneta que descarga la miseria

Cuando el sol quema

El lomo de las bestias

Y juego de las alas de las moscas

Entreteniendo los reflejos hirientes

De las lagartijas que no reptarán concesiones

De la belleza al hombre”

 


En su obra figuran

 “El Derecho a la Intimidad Privada”, “Huellas en la Arena” (1980) Poemas., “Cosecha Plena” (1981) Santiago, Poemas., “El Caballo Azul y otros poemas” (1994) Imp. Cepetic. (Poemas), en este último, le dirige una carta a su padre en verso:

 

“Te escribo padre desde la última rama de la soledad

Cuando el roscicler de la noche enhebra soles de escarcha

Con picaflores horadando la sangrienta rosa de la vida,

Amanecida de gritos que exigen la violenta partida

De seres encadenados al fervor de la huida

Y la huella dolorosa de un proyectil.

Te escribo padre

Envuelto en la soledad”

 

Bello poema elegíaco, que nace como un impulso secreto y misterioso desde el alma del poeta. En una visión del mundo y expresión profunda que lo habitan aporta datos vitales, que los hace universales, a partir de la propia sensación existencial que surge de su reserva emocional.

 

Jaime González moldea su obra a imagen y semejanza donde aporta un torbellino de ritmos, imágenes, sensaciones y simbolismos emanados de la observación objetiva a las superpone lo fantástico. Es el niño rebelde de la sociedad curicana, que se transforma en poeta al estilo Rimbaud que riñe con todos los estilos de vida pública, para que, con el mismo fragor, cree su propia estética social.

 

Seguramente, como ya ha estado sucediendo, se transformará en leyenda o un mito cuyas anécdotas de su vida tienen mucho de su propia personalidad única e irrepetible. En términos poéticos, ser un clásico es reflejar en la poesía una especie de conocimiento enciclopédico de su tribu. En otras palabras, el poeta presenta la realidad como debe ser.

 

Ante tanta evidencia creadora, no es suficiente lo publicado por el poeta Jaime González, que adormece sin reconocimiento, sin laureles, en su mundo invisible y místico. Es por eso creo que, se genera una reacción evocadora de su poesía, llena de rincones ocultos y misteriosos de lo que algún día nos quiso decir.

 

Otras obras fueron:

“La Bida es Vella” (poemas) Imp. Mejías Curicó, Sello “Grupo Fuego de la Poesía” (2000) “La Barcarola” (2004) de la cual se dice:

 

“Esta barcarola, echa manos a otros elementos, otros materiales conforman su Océano poético, en cuyas aguas navega el alma del poeta viajando cuál argonauta a los tiempos y momentos pretéritos, donde se adivina la niñez y el tiempo perdido en postales cuya vivencial destila belleza, pesar, nostalgia, melancolía, amargura y resignación. Nuestro poeta canta y a la vez desangra su alma, su espíritu, herido por el misterio de la vida, cuya perplejidad se transforma en un juego, que a veces coquetea con la muerte, como el sumo umbral de los misterios, el tesoro del más allá, la puerta sagrada a otros destinos.”

 

El poeta que nos deja el grato pensamiento que la existencia que hay que vivirla, construirla y trascender con la palabra, cuyo legado hay que seguir armándolo. Falleció el 8 de junio de 2022 en Curicó.

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