sábado, 8 de junio de 2019

JUAN JOFRE BUSTAMANTE, UN POETA QUE VUELA EN EL VIENTO


ARRECIAN VERSOS EN EL VIENTO.
Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente

En un día de abril, cuando arreciaban los vientos de otoño, mi buen amigo Juan Jofré Bustamante, me cuenta como, en un viaje por el viejo mundo, le hizo mirar el panorama misterioso y sugerente de una catedral y como el viento serpenteaba sobre su rostro. Este acontecimiento preferente le trajo invocaciones a su mente poética, con aires de evocación y desarraigo, trayendo la inspiración cultivada por la nostalgia del pasado. Un tema que merece ser consignado. El autor más dado a penetrar oídos sensibles y social, ahonda en el misterio del tiempo, reconstruyendo con vientos ancestrales, lo que percibimos de una realidad ausente.
Juan Jofre recrea en un juego poético, la atípica, profunda y sincera versificación, que aspira a recorrer el tiempo, con la libertad que le da al hombre la posibilidad de optar por reconstruir la memoria del lar, el hábitat y la esencia natural de su tierra, mirada desde la lejanía.
“Los Vientos”, es el nuevo título de su última obra de 12 poemas y una extensa sub-numeración de versos, donde existe una rememoración de hechos y personas, con una belleza poética:
4.
“Siempre hay esperas
Yo esperé a Dios en las promesas
Sobre los pájaros y la tierra
Bajando a la raíz de los recados:
Me convencí del sonido de las palabras
Que traía el agua a las raíces y
Cada día era un anuncio dulce creado
Por los hombres en esa eterna
Noticia del pasado.”

En tierra de nadie, o quizás una tierra imaginaria o simbólica, el poeta se dispone a rememorar, por primera vez, la auténtica historia de su vida. Una historia que únicamente él conoce y que ha quedado diluida en los vientos del sur. Aspira la brisa que viene de la lejanía y fluyen los versos, como un músico que compone acordes. Es la música interior que tienen estas proposiciones como sus creencias que estructuran la visión del mundo, presentes en sus textos poéticos.
El poeta nos entrega la posibilidad de la libertad creativa.
“El viento indiferente
Canta con todos los sonidos
En la mañana su garganta nueva
Abre la aurora nacida.”

Nos canta con una capacidad opcional, para identificar los valores humanos desde su desgracia. La vida pasa a ser esencial ante su atropello, la vida le da sus propias líneas para defender, simbólicamente, al hombre de su cruel realidad. Nos entrega un resguardo a futuras masacres en el poema: “Decreto”. Y vuelve a reencontrarse con las evocaciones:

“Hermano la distancia no es más que los recuerdos
aceitados en los vientos de los días
cayendo rápidos como golpes inesperados….”

Estos textos poéticos se centran en el código estético, donde la memoria, la familia, los amigos, la tierra, emergen simbólicamente desde las penumbras del recuerdo. Un libro de abundantes visiones láricas, que fortalecen su oficio de poeta concluyente y necesario.


Al seguir rastreando las profundidades de nuestro poeta en estos diversos tópicos intimista, descubrimos su percepción temporo-sensoriales como una caja que resuena al impacto de distintos estímulos. Hay angustia, evocación y sensibilidad perceptiva. Los dos últimos rasgos que definen la personalidad de nuestro poeta en estado de angustia propio de todos los estímulos imaginables, aunque siempre en un plano profundo, místico del entorno que le rodea. Al abrir espacios a los sentidos, se nos presenta como un hablante aparentemente impresionable, pero sabiendo de su trayectoria social mantiene sus grandes pasiones o una profundidad reflexiva, que la transforma en un mensaje sutil de la realidad de su terruño y de la esencia local.

Juan Jofre es un buen poeta, reconocido por su conducta ética ante el sentido de la vida que supera la desgracia y el dolor de una sociedad avasalladora e inhumana. Su poesía abre los límites del tiempo por los sondeos en el laberinto del alma humana, allí se acomoda y emana esos versos profundos y decidores que lo tienen como un poeta concluyente, cuando su propuesta eleva los cánones de la vida. Su arte, es el simbolismo de la conciencia social, de la cual arrecia una ventolera de sílabas y palabras, que se dispersan en el aire como las aves de otoño, y nos traen nuevas esperanzas en cada libro.

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