ARTICULOS, COMENTARIOS, REFLEXIONES Y POESIA
CIEN AÑOS DEL POETA Y PERIODISTA
SAMUEL MALDONADO SILVA
Manuel Astica Fuentes y Samuel Maldonado Silva
SAMUEL
MALDONADO SILVA, EL POETA OLVIDADO
(Artículo de 1983, escrito: Samuel Maldonado de la fuente)
En víspera de la aparición de un nuevo libro
de poeta linarense, me ha incitado al serio y delicado trabajo de recorrer toda
su obra, que se inicia en 1938 con “MAR DE CARACOLES”, por lo que su labor
literaria estaría cumpliendo fructíferos 45 años, la que ha mantenido sin
alardes, sin ostentación.
Maldonado Silva pertenece a la generación del
42, en la que se ubican Manuel Astica Fuentes (1906) linarense; Enrique Gómez
Correa (1915) talquino; Carlos René Correa (1912) de Rauco; Juan Mujica (1908)
curicano; poetas más figurativos de
dicha generación.
Aunque sus resonancias poéticas son un tanto
surrealistas, que lo ubicaría en la generación anterior, podemos asegurar que
se denota en su poesía, una acentuada búsqueda interior y un establecido
universalismo. Poeta sensitivo que se
deja llevar por las imágenes primigenias, nostalgia desenfrenada por su tierra
natal.
Nacido en Valparaíso, lo situamos poéticamente
en Linares donde ha dado vida a toda su creación lírica así no podemos dejar de
inquietarnos que ningún antologista lo mencione siquiera, ya que largamente su
acento supera a otros poetas de la región.
Es sorprendente la naturaleza de su poesía,
estructurada, en su mayor parte en base a lo que Huidobro llamaría
“Creacionismo”.
No utiliza frecuentemente la formalidad del
verso, sino más bien el arte estético del ritmo. Pero, igualmente conlleva la realidad mágica
de la palabra, la gestualidad y el simbolismo
YENDO HACIA LA NOCHE
CAPITULO I
VERSÍCULO
TANTO
(Publicado en
la revista Ancoa N° 2, noviembre año.)
1. Mi padre y mi madre
concibieron
mi cascabel, mi luna y
mis estrellas.
2. Y salí a besar mi
alegría
por los anchurosos
caminos del día y de la noche,
con mi débil cintillo
de miel y mandolinas.
3. En esto estaba,
como en medio de
crepitantes aguaceros,
bordando mi estandarte
de volcanes.
4. No recuerdo si
pensando en el reloj
que mueve sus segundos
a velocidad de caracoles.
5. O palpando el musgo
tutelar
de la esperanza,
la dorada coraza de la
espera.
6. Hasta que llegue a ser
hombre
sin hilachas de
amargura,
dispersas ya por el
viento de los años.
7. Entonces,
habiendo pasado la
edad de la mistela
del alfajor y la
vitrola
deviene en
preguntarme:
8. ¿Para qué sirven las
campanas
de la iglesia
si no es para llorar a
muerte?
9. ¿Para qué sirven sus
badajos
si no es para estampar
en el aire
sus quejidos de misa
y procesiones?
El tiempo ha estado de parte del poeta con su
desbordada sensibilidad a cuestas, igual que toda su generación, se ve
acentuando las imágenes de la naturaleza maulina, las invocaciones son
constantes.
“De la piel tan sedosa del durazno que semeja
tu tez adormecida.
Palabras con sabor a miel y guinda, que alhajan el sentido del ensueño.”
Es evidente que en el libro de poemas “CANTOS PARA SOLEDAD”, nace
un monólogo de amor, que logra penetrar en la intimidad del ser con un lenguaje puro, tierno y reflexivo:
...Que adoro el cristalino son del agua
que entre peñascos va buscando el mar
y va a su paso fecundo del musgo
que su esmeralda en la rivera luce...
Y del libro que saldrá a luz, está este poema:
NACENCIA
En este instante está naciendo un niño
y es como decir
que se abre una corola o que se agita
un sensible manojo de violetas
o que una gota de rocío está palpando
los trémulos pétalos de un lirio.
Tal vez que un dédalo de angustia y de zozobra
palpita,
como sienes ardorosas,
un vagido perceptible
rubricado de gemidos.”
Pongamos fin al bloqueo literario de este
excelente poeta “Maulino” y que su poesía bien concebida siga dejándonos con
ese agrado silente:
En este instante está naciendo un niño y es
como si estallara el universo preñado de lunas y de estrellas...
Junio
1983.-
Samuel “Samy” Maldonado Silva
*Valparaíso, 3 septiembre 1916
+Linares, 13 febrero 1989
“Con la verdad no ofendo ni temo”
Manuel Quevedo Méndez
“Samy, mi padre, me llevó de la mano. Quería que lo acompañara a la imprentay
mientras él terminaba de escribir algunas crónicas, para el otro día, me permitió jugar por ahí, "sin tocar nada". Los tipos eran unas
curiosas barras de metal y había miles por todas partes.
Él era un experto que
había estudiado Artes Gráficas. Me explicó que los tipos móviles los
había inventado un tal Gutenberg en
la Edad Media; con el paso de los años y después de varias visitas, me fue transmitiendo lacuriosidad por esta
especie de arte y ciencia que fue la tipografía.
Las artes gráficas de
aquellos años exigían varios talentos, entre otros, una ortografía decente, carencia quemi padre me criticaba
ásperamente. También había que tener una percepción de la proporción, había
que serbuen diagramador, especialmente cuando se trababa de diarios o revistas”.
Hasta aquí, la descripción del padre, realizada por el
hijo. Leyendo con calma, vamos descubriendo que Samy, con autoridad paterna
intrínseca -en palabras yhechos-, educaba casi lúdicamente a sus hijos; con el afecto que cada acción paterna lleva
consigo.
Samuel Maldonado
Silva, nació en Valparaíso el 3 de septiembre
de 1916. Casado con Isabel de la
Fuente (1940), con quien tuvo siete hijos: Samuel, Samy, Nancy, Lolita, Soledad, Francia y Daniel.
Hijo de un veterano de la Guerra del Pacífico, Don Félix Maldonado Miranda, quien
participó en la Toma del Morro de Arica y
en las batallas de Chorrillos y
Miraflores, según constancia histórica. Su madre, Doña Alejandrina Silva Torres, natural de Viña del Mar.
Inició sus estudios en la Escuela Primaria N° 7, en Valparaíso. Luego, los continuó en Talca -hasta donde se trasladó, luego
del fallecimiento de sus padres- en el Colegio
del Salvador, de los Padres Salesianos.
Estudió Artes Gráficas y se radicó en
Linares (1935), cuando ganó un puesto en el diario local, llamado "El Heraldo”. Buen cateador de la noticia le entregaba ironía y humor. Vino
por tres meses y se quedó por 22 años en este medio escrito. Corresponsal -por
largos años- de “El Mercurio” de
Santiago.
Sus primeros intentos intelectuales los publicó en el
tradicional Peneca. Sus
campañas periodísticas o sus columnas pronto llamaron la atención: la ironía de
las “Cartas de doña Clarisa” y su programa
“Sucesos”-que dirigió en las décadas
de los ’50 y ’60- de Radio Soberanía; donde
llegó a ser Jefe de Prensa, hasta 1986.
En
Radio “Soberanía” empezó a trabajar
el año 1952, permaneciendo en ese
medio por largas tres décadas. “Sucesos”
se transformó en periódico, en sociedad con Pedro
Olmos, cuyas ediciones se entregaban en la casilla de correos. Quienes
accedían a sus ejemplares, buen recuerdan lo “ingenioso” que resultaba ver y leer los ejemplares de “Sucesos”.
Destacado
hombre de letras, incursionó con bastante éxito en la poesía, habiendo
publicado numerosas obras; con las cuales logró obtener importantes premios. En Linaresestableció muchos lazos de amistad con
diferentesintelectuales. Escribió numerosas obras literarias y creó periódicos
y revistas. Su vida dedicada al periodismo recibió un reconocimiento conhonores
a sus "50 Años de periodista".
Junto con Pedro
Olmos (pintor), Manuel Fco. Mesa-Seco
(poeta), Inge Linz, Ema Jauch y otras
personas, fundaron el Grupo Ancoa de Artes
y Letras (1945). El nombre Ancoa fue
sugerido por Samuel Maldonado. Fundó una hermosa revista; a la cual también
llamó Ancoa.
En
Colecciones Ancoa, dirigida por Samuel Maldonado Silva, escriben Rubén Campos Aragón, Hernán Molina Morales,
Manuel Fco. Mesa Seco, Gonzalo Vergara Meza, Edilberto Domarchi, Manuel
Contreras Muñoz, Leopoldo Llanos, Enrique Gómez Muñoz, Alberto Reyes Lapiedra;
Samuel Maldonado Silva. Las viñetas, en cada edición mensual de Colecciones
Ancoa, pertenecían a Jaime Maldonado De la Fuente.
Samy
no fue tras el aplauso ni el homenaje, cosas que naturalmente consiguió. Una
curiosidad, que recordaba Olmos: Samuel
Maldonado Silva en la Antología de
Poetas del Maule -de Matías Rafide-
no es incorporado por ser de Valparaíso. Otro estudioso, al publicar una reseña
de los escritores porteños, no lo coloca por haber sido un escritor netamente
maulino.
Junto
a la práctica de su profesión y sus inquietudes literarias, Samy Silva, como periodista colegiado, contribuyó -como dirigente regional- a dignificar su trabajo y la del gremio
junto a colegas de la región del Maule y por ello fue considerado como uno de los más destacados dirigentes y de un alto
valor gremial.
No
es menor un trabajo dedicado, en este recorrido por un largo camino; entregando
la noticia importante del día; sus
grandes virtudes ciudadanas y su significativa labor en beneficio de su ciudad
adoptiva.
Linares
fue testigo, que durante esos cincuenta
años-cuarenta y tantos en Linares- toda
campaña de carácter humanitario y/o acontecer importante, estuvo apoyado por Samuel
Maldonado Silva, con su brillante pluma y su decidida participación personal.
De
forma permanente, prestó colaboración a las autoridades comunales, provinciales
y regionales ante problemas puntuales; que necesitaban de la prensa y de la radio.
Valorizamos, con el correr del tiempo, a un hombre como Samuel Maldonado Silva, con honesto desempeño de sus funciones y gran
valentía en su entrega -durante tanto tiempo- cuyas acciones de bien -en la
sociedad- lo transformaron en un hombre
público de real valía.
La
vida y obra de Samuel Maldonado Silva
fue fecunda y pródiga, dando vida, desde el diario y la radioemisora, a
emblemáticas columnas y notas; respetando los principios en los cuales
destacaba que “un periodista jamás debe
ser noticia; solo debe buscarla y entregarla”
Samy fue un hombre espiritualmente inquieto, buscador de
la verdad y de la belleza, bohemio y tranquilo, aun en los momentos en que
la ingratitud pretendió rozar su corazón o desconocer sus valores personales.
Falleció en Linares, el 13 de febrero de 1988, curiosamente, el mismo día del periodismo. (Bibliografía:
Pedro Olmos, Federico Zehnder (50 años de periodismo, 1985), Walter Pérez León
(despedida, al amigo y colega). Diario “El Heraldo”, Tomo I, 1988)
(Artículo
aparecido en el Diario El heraldo de Linares)
SAMUEL MALDONADO SILVA
(Artículo de Alvaro Labra)
Periodista-novelista-ensayista
y sobre todo poeta. Nace en Valparaíso
un 3 de septiembre de 1916. A muy
temprana edad pierde a sus padres, por lo que se radica en Curepto (Provincia
de Talca), donde cursa sus primeros estudios e ingresa luego al Liceo
Salesianos de Talca. Finaliza sus
estudios medios, egresando de la Escuela
Salesiana con la especialidad de Artes Gráficas. En 1936, don Justo Aliaga Cabo, lo recluta
como periodista del Diario “El Heraldo” de Linares.
Escribió en la
revista “El Peneca”; por un largo período fue corresponsal de “El Mercurio” y como propietario del periódico
“Sucesos,” desarrolla su impronta
periodística (cuyo lema: “Con la
verdad no ofendo ni temo”;
que le generó más de algún problema). Desempeñó funciones en radio y ejerció
como profesor de su especialidad. Con
Pedro Olmos fundaron el diario “Sucesos. Su larga y fructífera trayectoria lo hacen
acreedor por parte del Colegio de Periodistas de la Región del Maule (del cual
fue cofundador), de un merecido homenaje por sus 50 años de periodismo en 1986.
Además, intervino en numerosos encuentros y recitales culturales en la región y
en la cofundación del grupo Ancoa de Linares en conjunto una vez más con - Pedro
Olmos - y otros notables del quehacer cultural de la provincia, donde también es
conocido como Samy Silva.
Respecto del
proceso y contenido escritural, Luis Fuentealba Lagos, opina que: “Es sorprendente la naturaleza de su poesía,
estructurada en un lenguaje de suave ironía frente a una sociedad
desorientada. Hurga en una nueva actitud
antropológica-histórica y en los destinos de los seres”.
Por su parte
Samuel Maldonado de la Fuente
afirma que: “Sus resonancias poéticas
surrealistas se diluyeron con el transcurso de los años para desarrollar razonamientos
existenciales sobre el hombre y el universo. Fue poeta de sensibilidad y
descubrimientos profundos…”
Por último, su
amigo Pedro Olmos señala que fue un “Buen
cateador de la noticia, le entregaba ironía y humor. Fue un poeta que buscó belleza a todo trapo y
un bohemio digno de ser un personaje de Murger, profesión de difícil uso en la
provincia”.
Maldonado Silva
integra la generación de 1942, en la que se incorpora Manuel Astica Fuentes
(1906) de Linares, Enrique Gómez-Correa (1915); Carlos René Correa (1912) de
Rauco y Juan Mujica de Curicó, entre los más relevantes.
Sus novelas: “El ámbito Silencioso” y “En Tinieblas anda el hombre” alcanzaron
excelentes críticas.
En el marco de su
impronta creativa, destacan: “Mar de
Caracolas” (Poemas, 1938): “Rondas de
ansias” (poemas, 1946); “En Tinieblas
anda el Hombre”, (Novela, 1948); “A
cuatro voces” (poemas en conjunto con Manuel Francisco Mesa Seco, Rubén
Campos Aragón y Alberto Reyes Lapiedra” (1954); “El ámbito silencioso” (novela, 1958); “Cantos para la
Soledad” (poemas. 1961): “El arte del Buen Manducar en Panimávida” (ensayo, 1974) y “Antología de 50 años” (poemas, 1983).
Como buen
periodista falleció el día de La
Prensa, un 13 de febrero de 1988.
Referencias:
·
Maldonado de la Fuente, Samuel: “Visión
Personal de la Literatura Curicana”. Págs. 58-60.
Impreso en Talleres Valparaíso, 2008.
UN INVITADO DE PIEDRA
(texto del libro "Visión Personal de la Literatura Curicana" 2014)
Samuel Maldonado Silva (1916-1988) Valparaíso (Periodista)
Nació el 3 de Septiembre de 1916 en
Valparaíso y falleció el 13 de Febrero de 1988 . Era hijo de Félix Maldonado
Miranda, veterano de la Guerra del Pacífico y de la Toma del Morro de Arica y
doña Alejandrina Silva Torres, una de las primeras mujeres fotógrafas de Chile.
Sus padres fallecieron siendo él muy niño, por lo que tuvo que radicarse con
una sus hermanas en la ciudad de Curepto, donde realiza sus primeros estudios y
posteriormente en el Liceo de Talca
donde termina sus estudios humanísticos, egresando de La Escuela Salesiana de
Artes y Letras.
En 1938, Justo Aliaga Cobo, tienta a
Maldonado Silva para que se incorpore como periodista del Diario “El Heraldo”
de Linares.
Maldonado Silva pertenece a la
generación del 42, en la que se ubican Manuel Astica Fuentes (1906)
linarense; Enrique Gómez Correa (1915)
talquino; Carlos René Correa (1912) de
Rauco; Juan Mujica (1908) curicano; poetas más figurativos de dicha generación.
Sus resonancias poéticas surrealistas,
se diluyeron con el transcurso de los años, para llegar a razonamientos
existenciales sobre los destinos del hombre y el universo. Poeta de
sensibilidad y descubrimientos profundos. En su poesía, una acentuada búsqueda
interior y establecido universalismo.
Poeta sensitivo que se deja llevar por las imágenes primigenias,
nostalgia desenfrenada por su tierra natal.
Nacido en Valparaíso, lo situamos poéticamente en Linares donde ha
dado vida a toda su creación lírica. Padre del autor de este libro, se paseo
largos años por Curicó, participando de las tertulias, recitales y actividades
culturales de la ciudad. Amigo de periodistas como Aquiles Meléndez Cabello,
Luis Avila Quitral, entre otros.
Es sorprendente la naturaleza de su
poesía, estructurada en emanaciones poéticas engastadas de imágenes armoniosas
y de esencia vital, persistiendo un lenguaje de suave ironía frente a los
convencionalismos dogmáticos de la fe. Hurga en una nueva actitud
antropológica-histórica, y en los destinos adyacentes de la lógica.
No utiliza frecuentemente la
formalidad del verso, sino más bien el arte
estético del ritmo. Pero,
igualmente conlleva la realidad mágica de la rima en “Mar de Caracoles” como en
el poema “CUANDO”:
“Cuando mi alma ya triste se arrodille
ante el ara
de mi absorta y antigua latitud de
añoranzas.
Cuando mis dedos febriles se estiren
cansados
queriéndose enredaren el trapecio de
los días...
Entonces seguiré amándote y
adentrándome
en tu fragante y fino corazón de
violeta.
Y mientras que las horas eternicen su
viaje
ceñiré tu recuerdo a mi tristeza
madura.”....
Se permite, al igual que Pedro Prado,
una superchería literaria en el poema a “Karammanech”, la que nadie imagina que
es la novia de Fumanchú.
¡Karammanech!
Tus ojos oceánicos dibujados en el
mapa
de mis ansias, son dos brújulas
indicando naufragios.
¡Ah, niña, por la playa de tus caderas
igual que marineros ebrios,
caminan mis ojos cansados de algas y
sirenas...!.
El tiempo ha estado de parte del poeta con su desbordada
sensibilidad a cuestas, igual que toda su generación, se ve acentuando las
imágenes de la naturaleza maulina, las invocaciones son constantes.
“De la piel tan sedosa del durazno
que semeja tu tez adormecida.
Palabras con sabor a miel y guinda,
que alhajan el sentido del ensueño.”..
Es evidente que en “CANTOS PARA
SOLEDAD”, monólogo de amor, logra penetrar en la intimidad de su ser como un
lenguaje puro, tierno y reflexivo:
...Que adoro el cristalino son del
agua
que entre peñascos va buscando el mar
y va a su paso fecundo del musgo
que su esmeralda en la rivera luce...
Este poeta ha sufrido un bloqueo
literario, ya que Matías Rafide en su antología de poetas de la Región, no lo
considera. Este excelente poeta “Maulino” que en su poesía bien concebida sigue
dejándonos con ese agrado silente:
“En este instante está naciendo un
niño
y es como si estallara el universo
preñado de lunas y de
estrellas”...
Foto junto a su hijo sam y en otra foto junto a su hija Nancy
En Julio de 1986 , el Colegio de
Periodistas de la Región del Maule, del cual fue uno de los fundadores, le
rindió un homenaje por el cumplimiento de 50 años de periodismo, que desempeñó
en el desaparecido “El Peneca”, por largos años en “El Mercurio” , en el diario
“El Heraldo” de Linares y como propietario del periódico “Sucesos”. Realizó
roles en Radio y desempeñó labores de profesor de su especialidad.
Obra:
“Mar de Caracolas” (1938) Poemas.
“Rondas de Ansias” (1946) Poemas
“En Tinieblas anda el Hombre” (1948)
Novela
“A cuatro Voces” (1954) Poemas (cuatro
autores)
“El ámbito silencioso” (1958) Novela
“Cantos para Soledad” (1961) Poemas.
“El Arte del Buen Manducar en
Panimávida” (1974) Ensayo
“Antología de 50 años” (1983) Poemas
POEMAS
Canto a
Linares
Aquí donde el rumoroso río Maule
da sus embestidas de macho bravío,
poniendo temblor en las riberas,
aquí,
empieza la provincia de Linares.
Y cruzando larga senda,
Por ubérrimas tierras de viñedos
Y esbeltas araucarias y palmeras,
Trasplantadas de otras extrañas latitudes,
termina la provincia
en las no siempre apacibles aguas
del Perquilauquén traicionero.
Es la provincia de Linares,
No pisada por las huestes de los Incas,
Que no pudieron vadear
El Maule caudaloso,
Por donde otrora los faluchos
Llevaron nuestro trigo a California.
¿De dónde vinieron las Palmeras,
de donde la fantástica araucaria
que quedaron en Linares,
trasplantadas,
como los hombres que hasta aquí llegaron
y enraizados se sumaron
al generoso venero de las vides y del trigo ...?
Violento, el río Maule fue vencido
Y hoy sus aguas, sajelando las riberas,
Con su pienso de ripios y de arenas,
Va siendo detenido en sus deseos de llegar al
mar.
Aun es lenta la contienda de sus aguas,
Que va dejando en los trigales y viñedos
Su nutricia sustancia misionera,
Y a la orilla, entre las piedras,
Nuestra gente va lavando
Refajos nupciales y pañales.
Y los peces – salmones, pejerreyes –
Sus escamas le dan al río Maule,
Un dorado espejismo,
A su paso por corrientes y raudales.
Si decimos río Maule,
Nacido en la nieve omnipotente,
La palabra se armoniza con Linares,
San Javier de Loncomilla,
Reina Luisa de Parral.
Se armoniza con los pueblos y villorrios,
Donde el trigo se ondula cada año
En rubias sementeras.
Donde se hace más dulce la dulce remolacha
Y los arroces se anticipan como ofrenda
Para el albo mantel de los chilenos.
Se armoniza con las uvas venturosas,
Con las chacras de las prietas mazorcas y
lechugas.
Es Linares, la Provincia,
El río Maule,
Hermandad de néctares gloriosos,
Para ir por la anchura del camino,
Estrechando las manos generosas de las gentes.
Así es Linares, así es el río Maule.
CANCIÓN DE DESAGRAVIO AL CHANCHO EN PIEDRA
Esta es mi canción de
desagravio,
al purpúreo
y sabroso
Chancho en Piedra
olvidado en la epopeya de
los guisos
que ornamentan
el blanco mantel de los
chilenos.
Del norte llega
la primera sangre
nutricia del tomate
cuando asoma sus primeros
penachos de color y de
cerezas,
de fragantes frutillas
y borgoñas
el grávido verano de cada
año
como si estuviera
mirando el almanaque.
El tomate
que es pecho de la lloica
y fiesta de sabor en mi garganta,
pues empieza su reinado
de verano,
como el trigo
llega acezando en el lomo
del verano,
como un regalo de Pascua
anticipado
y aquí lo está esperando
la cebolla
el ajo picante
que muerde la garganta.
Y lo espera la piedra de
granito
labrada con la astucia
del chileno
para que quede áspera
y el jugo
ornamente cada hueco de
aroma y de ventura.
Sí, mi amigo,
cuando llega la sangre
nutricia
del tomate y la
hortaliza,
como el mote y el durazno
el sabroso sentir del
Chancho en Piedra.
Y esta es mi canción de
desagravio
porque Pablo de Rokha se
olvidó
el Chancho en Piedra
al aliñar su epopeya de
comidas.
Allí en el sudoroso
camino
del verano,
a la orilla del riel
o del cemento que es
sendero almidonado,
allí, con su pueblo
y con su vino fatigado en
cantimploras,
mordido con la frase
sagaz
del roterío,
nació,
machucado con cebolla
y sal prosaica,
este guiso que a la
orilla de los ríos
o a la sombra gentil de
las pataguas
va entregando el deleite
arrebolado del tomate
que muestra sus celdillas
de jugo
con minúsculas monedas
amarillas.
Ha sido la merienda
del momento
para entrar en la batalla
del vino y la sandia
cuando es larga la siesta
veraniega
y sonoras guitarras
van urdiendo el cantar
venturoso de las chacras
y el sol está mordiendo
la corteza
de los gajos de uva
negra,
mientras es ágil la
pezuña
macilenta
tras el pienso
y la ojota va trazando
filigrana
en el reguero.
A la orilla del río
Loncomilla
guarnecido
de ripios y de arenas,
hay manos hacendosas que
preparan,
sabiamente,
el Chancho en Piedra
y a la vera
de Talca,
el río Claro, donde suena
el agua
de abolengo
y humedece su canilla don
Quijote,
está la mano amiga
que prepara,
igual que la albacora y
los salmones,
con sabor apetecido
el Chancho en Piedra.
Amigos, os convido en
estas tardes,
dejando
el filamento del asado,
el agua manil
y los cubiertos
a degustar
con fragantes tortillas
de rescoldo,
laborada por manos
sarmentosas,
la alianza
del tomate y ají verde,
del ajo y la cebolla,
-condumio estilizado-
en el cóncavo refugio
de una piedra bien
labrada.
¡Bienaventurados, amigos,
aquellos
que apetezcan
un sabroso Chancho en
Piedra
este verano!
LA MARIPOSA DE LA MUERTE
Más allá de las
centurias, quizás de los milenios,
la Mariposa
circundaba los altares
con su frágil,
etéreo, inconsútil vuelo
y su trémulo abanico de
colores
señalaba en grandes giros
como Diosa de la Vida y
de la Muerte,
el signo débil que, al
hombre,
con frágiles serpentinas,
ataban a la Tierra.
Más allá de Catay y de
los Incas,
desde que naciera la
pezuña de las bestias,
acaso los atlantes de
Tula,
levantaron aras, menhires
y dólmenes,
el áspero granito de
obelisco y de pirámides
para danzar con preces de
incipiente catecismo,
todo irisado de huidizas
mariposas.
La creencia era torva en
las estancias,
según cuentan las piedras
y el papiro,
pues, en la hora fatal de
los enfermos
la Mariposa de la Muerte
blandía su abanico de
colores
para fijar el deceso
inexorable.
Han pasado las centurias,
acaso los milenios
y tras la áspera piedra
llegó la Apocalipsis con
sus rudos jinetes
sobre el mar y el viento,
las flores y las faunas,
extendiendo la pócima que
extingue a las especies,
para que nadie escuche
las trompetas
del juicio final
vaticinado.
Los vientos sures y los
nortes,
los reverentes alisios,
las pluviales y oceánicas
aguas,
intoxicada la quimera de
pez y caracolas,
quizás hasta el último
latido de las aguas abismales.
Frágil como el mimbre
la esperanza fugitiva
deshilacha sus estambres,
así como disipan su
oropel
de limitada vida las
polillas.
Se está quebrando el
ritmo sutil
del musgo y del nenúfar,
el abedul esbelto, de las
soberbias araucarias,
de la sabrosa drupa del
durazno.
Se está quebrando el
ritmo sutil
del musgo y del nenúfar,
del abedul esbelto, de
las soberbias araucarias,
de la sabrosa drupa del
durazno.
Se está quebrando el
ritmo musical de los gorriones
y el tobillo de los
ciervos y gacelas,
las garras del león,
el trigo de la hogaza
cotidiana
y, sin pensarlo, el átomo
y sus guerras.
Es el fin de los novios,
del amor y de los anillos
nupciales,
se rompe el cristal de
gemidos y del llanto.
Se oscurecen los aljibes
que son los espejos de la Luna.
Habrán de enmudecer los
campanarios.
Habrá carcoma en los
fecundos vientres
con la muerte presentida.
Hasta la soledad será más
sola y litigada.
El corazón trizado en sus
horarios.
La arena de los mares perdiendo
su salmuera.
En lo alto, derrotado el
Padre Sol
de ardores milenarios.
El alma vestida de mil
cruces
será como un herido
cóndor.
Computando sus instantes
finales,
el cerebro perdido en sus
neuronas,
computará los hoscos
jeroglíficos
de la angustia y de la
sombra.
Y así, otra vez,
después de las centurias
o de los milenios,
la Mariposa de la Muerte,
esta blandiendo su
trémulo abanico,
en las amplias estancias
de la tierra...!
MUNDO SUBTERRANEO
(Inédito)
Hay mundo subterráneo
en la sima de la tierra,
hasta un día llegaron
los dioses
extraterrestres,
-
forasteros del espacio –
oteando en sus meandros,
buscando volcánicas
ascuas,
el magma vivo,
similares a su clima de
horridas galaxias.
Allí viven, en la orilla
de calmos ríos, densos
mares,
caricias ignotas,
a donde por grutas
extraviadas
llegan los peces
abisales.
Los dioses
extraterrestres
llegaron desde el nivel
de la luz,
desde los soles las
estrellas
allí viven inmersos junto
a los cantiles
del límite profundo de la
tierra.
Un mundo de pétreas
lavas,
Catedrales de brillantes
estalactitas,
Castillos de ardientes
alabastros,
símil de las galaxias
olvidadas
¿en alfa centauro o en el
Cisme...?
Se quedaron
en la cuasi infancia de
la Tierra
y reptando por túneles y
grutas,
después del milenio de
los hielos,
buscando su mundo de
ascuas vivas
en la entraña de la
tierra,
junto al magma tutelar
de los volcanes.
PROFECÍA
(Inédito)
No serán las hormigas
ni las torvas alimañas de
la jungla
los pobladores de la
Tierra
cuando el hombre
haya finado su
existencia.
¡Solo arenas,
solo la vastedad de las
arenas...!
En el milenio de seis mil
el sol tendrá contados
en mil siglos su
existencia.
Ya en el mar estará en el
estertor
de su presencia,
la vida en coma
en la sima de todos los
océanos.
Recordad:
¡Arenas, vastedad de
arenas...!
Las dunas habrán cubierto
los altos rascacielos,
las enhiestas catedrales,
las elevadas chimeneas
del smog.
Arenas saháricas
cubriendo
la osamenta humana,
los osarios de antílopes
y garzas,
las Biblias y misales.
¡Arenas, solamente
arenas...!
Talados, los bosques
calcinados,
disecadas las plantas y
los trigos,
volatilizados los
oxígenos,
sin nieve las alturas,
fenecido el verde musgo,
fabulosas corrientes
en los cauces de los
ríos,
sajelando las riberas.
¡Solamente arenas,
en el aire arenas,
solamente vastedad de
arenas...!
VIAJE A LA NOCHE
(Inédito)
Con tu enojo no voy
hacia la noche, niña,
porque bien sabes que
para mi
la noche
se apretuja o se revuelca
en el duro cauce de las
calles
y allí se estrella
con el frío que muerde
la voz destemplada
que escancia el manicero
o pone sordina a la voz
iracunda
de los ebrios
o triza la risa hueca,
crepitante y desgastada
de las compañeras
del sexual bocado de las
horas.
Con tu enojo no voy
hacia la noche, niña,
si con el suave filamento
de tu risa,
platería para las
estrellas
de mis noches,
espigas de dorados granos
que voy segando hora tras
hora.
Ahí como un río rumoroso,
como fino cascabel
enmudecido,
como fina sierpe de
indecible huella,
iré
por el anchuroso cauce de
la noche
tactando la epidermis de
los gritos,
limando en cada esquina
la voz
de las castañas y
piñones.
Acaso hunda mi mano en
los bolsillos
para dar una moneda a
aquellos niños
que tienen su cuna
en los resquicios
de puertas y cunetas.
Por eso, con tu enojo,
yo no voy hacia la noche.
Si con tu presencia en
mis sentidos
-
junco o fucsia,
muselina, polen –
ajorcas para las horas de
la noche,
alfombra quieta para el
duro
hierro de mis pasos.
Con tu enojo yo no voy
hacia la noche,
si con el velo nupcial de
tus palabras
y tus besos,
inclinando mis sueños
reverentes.
Para el limón ácido del
tiempo
ni luna ni estrellas ni
rocío
ni el vino ni el ron ni
la piscola,
no tu enojo
solo el ánfora de tu
estelar sonrisa,
plumilla del rocío,
liviana cruz,
fino silicio, sutil
desvarío,
roja flor del cacto,
arena sin espuma, ala y
llanto.
NADA MAS QUE ARENAS
No serán las
hormigas
ni las torvas
alimañas de la jungla
los pobladores
de la Tierra,
cuando el
hombre
haya finado su
existencia.
¡Sólo arenas,
sólo la
vastedad de las arenas...!
En el milenio
del seis mil
el sol tendrá
contada
en mil siglos
su existencia.
Ya el mar
estará en el exterior
de su
presencia,
la vida en
coma
en la sima de
todos los océanos.
Recordad:
¡Arenas,
vastedad de arenas...!
Las dunas
habrán cubierto
los altos
rascacielos,
las enhiestas
catedrales,
las elevadas
chimeneas del smog.
Arenas
saháricas cubriendo
La osamenta
humana,
Los osarios de
antílopes y garzas,
Las biblias y
misales.
¡Arenas,
solamente arenas...!
Talados, los
bosques calcinados,
disecadas las
plantas y los trigos,
volatilizados
los oxígenos,
sin nieves las
alturas,
fenecido el
verde musgo,
nebulosas
corrientes
en los cauces
de los ríos,
sajelando las
riberas.
¡Solamente
arenas,
en el aire
arenas,
solamente
vastedad de arenas...!
HOMO BIONICUS
El año tresmil
biónica será
para el hombre
su tragedia.
Para el amor,
biónicos cupidos
Tendrán
carcajadas de láseres.
La polución
será de electrizantes iones,
en el mendrugo
azul cobalto,
extraños
carburantes de la sima
circulando por
las venas
de ebonita.
Transistorados
en sus neuronas,
las fibras del
cerebro
computarán el
pensamiento en quantas.
Y en una nave
sideral
el alma
anémica
irá a
fortalecer sus auras desflecadas
en la arena
radiactiva
de las playas
de venus o de orión.
Y es así
como un día
del tres mi1
tal vez el
hombre morirá
de cirrosis a
un tornillo.
NACENCIA
En este
instante está naciendo un niño
y es como
decir
que se abre
una corola o que se agita
un sensible
manojo de violetas
o que una gota
de rocío está palpando
los trémulos
pétalos de un lirio.
Tal vez que un
dédalo de angustia y de sosobra
palpita,
como sienes
ardorosas,
un vagido
perceptible
rubricado de
gemidos.
Como lenta
pasa la arena en el tamiz
cabalgaron los
minutos
y tuvo la
espera un nupcial lapso,
la sombría
estela de las noches,
la unión y eterna
poesía de los días en que el alba se desflora
como rojos
amarantos.
En este
instante está naciendo un niño
y es como si estallara el Universo
preñado de
lunas y de estrellas;
acaso sea como
el instante mismo
en que el mar
abre sus fauces
para dejar caer
en la arena salvadora
la escrita
botella del naufragio.
Ha pasado en
instante del gemido y del sollozo y de sollozo,
sólo queda
un adarme de los sezos
y sensible
como un párpado,
quizás a punto
de quebrarse como un cirio,
el niño,
incipiente
como el lirio del alba,
es ungido
brote,
opaca gema
para ser pulida,
incierto
llanto,
pañal y
muselina.