EL
EXILIO Y MUERTE EN MAHFUD MASSIS
(1916-1990)
Escribe: Samuel Maldonado de la Fuente
“Entonces espantaos, queridos burgueses: un día el arte no será ya
necesario”.
Mahfúd Massís
Martes 11 de septiembre, 1973. 08:30 horas. Radio Agricultura
sorprende a los chilenos con la interpretación del Himno Nacional, luego se da
lectura de un bando de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y del
director general de Carabineros. A
partir de este acontecimiento, la vida de nuestro autor es trastocada, como el
de muchos chilenos que sufrieron, la vejaciones, el dolor, la muerte y el
exilio. Mahfúd Massís, en esa época oficia como agregado cultural en Venezuela, donde es informado de la
infausta noticia que pone fin a la democracia en Chile. Apesadumbrado percibe el fin de las
libertades y democracia en su patria e
inmediatamente ha cesado su rol político como representante del gobierno y por
tanto no habrá retorno desde Venezuela como su patria adoptiva, a territorio
chileno.
ORIGEN
La
identidad manifiesta y existencial de poeta, se plasma en este poema donde
ratifica su esencia arábiga. Hijo de inmigrantes árabes, padre palestino y
madre libanesa, su visión se occidentaliza en una multidiscursividad cultural.
“Soy Mahfúd Massís, el Esclavo,
el heresiarca de piel negra,
el loco, el desertor, el papanatas helado bajo la nieve.
Escondo mis dientes de cabro, mi cola de rey babilónico,
mientras camino por la ciudad, junto al angosto río.
Entre lívido aceite, mi vieja sombra atrabiliaria
atraviesa las ciénagas,
ladrando a la majestad lunar
con su obscura casaca de muerto”.
(Fragmento. Poema 3 de Elegía bajo la tierra...)
El
origen, la identidad, la vivencia y finalmente el exilio es determinante en su
vida literaria, donde va plasmando pigmentos como en una tela surrealista, de
todos estos elementos, Massís es la personificación de los grupos migratorios. Nacido
en Iquique en 1916, formado en esta tierra tan especial donde la naturalidad y
la exigencia, es parte de la idiosincrasia más voluble de la tierra y donde el
lenguaje es sinónimo de la espontaneidad y libertad más concluyente, Mahfúd se
estructura entre la aridez del desierto nortino y la de sus ancestros.
Según el Dr. Halim Barakat, Sociologo árabe, dice: “la
creatividad de los poetas árabes en América, surge gracias a a experiencia
exotérica y esotérica”. Para el poeta Mahfud Massís, la dosis de su obra radica
en su ascendencia y origen paterno, cuya experiencia se ve reflejada en su biterritorialiedad.
El fantasma de su intelectualidad y
lenguaje, radica raíz familiar del inmigrante árabe en Chile, para salvar la
memoria del origen.
“
Me llamaron
El
extranjero,
el
que recoge monedas y habla
de
un país largo
y
perdido”
Llanto
del exiliado (1986).
Mahfúd Massís, reconociendo a cabalidad su origen, en su
primer libro: “Las bestias del duelo” Poesía (1942), asume la decisión de
arabizar su primer nombre Antonio Macías por el de Mahfúd para armonizar con el
de su apellido. Es evidente que en el hogar de sus primeros pasos, predominó el
lenguaje en árabe. Por otra parte, para protegerlo de la xenofobia en Chile
(Collier y Sater, “transculturación.. “) predominante a principios del siglo
XX, fue bautizado con nombres latinos para no exponerlo a la “turcofobia”. En
la literatura de su época estaba expuesto a la exclusión, al exilio y su
visibilidad era mal vista por los autores de raigambre nacionalista que casi lo
condenaron al olvido.
En el libro “Las Bestias del Duelo”, poema
“Las úlceras”, dice: “soy árabe oscuro y semental aullando de presagios como el
macho cabrío”..
En Iquique
estudia en el “English College”, posteriormente ejerce como dactilógrafo y
taquígrafo bilingüe, en diversas ciudades. Fue colaborador de la Revista
Multitud, editada por Pablo de Rokha, esto lo lleva a fundar su propia revista
literaria, “Polémica”. En esta revista impone su propio sello, crea un
nuevo pensamiento estético, político y cuestionador remeciendo las ideas de su
época.
Desde muy
joven demostró ciertas inclinaciones, políticas y estéticas, sin dejar de lado
su visión crítica del entorno social, manifestando siempre un dejo de ironía
afirmativa en su comportamiento frente a las apariencias. “La ironía es un arma poderosa. Con ella,
desinfla los globos de la fatuidad y su concomitancia, la tontera grave”,
decía. Era hombre de convicciones profundas, pero no fáciles.
SUS VISIONES
Al examinar
sus escritos, tanto poéticos como narrativos, puedo casi asegurar que su
estética responde a la de Poesía Negra, Novela Negra. Tal vez, sea inclusive uno de los primeros exponentes
de este género. Su literatura recuerda a los “Hombres
Oscuros” o la “Sangre y la Esperanza” de Nicomedes Guzmán. La poesía Negra y
Novela Negra, se asimila en general a la crítica social, a la marginalidad, la
impunidad, a la muerte en un escenario donde el poder avasalla y corrompe, y
esta corriente lucha por la palabra contra
aspectos de antihumanismo. Massís lo hace con profundidad crítica, con
imágenes simbólicas que se entremezclan con el devenir urbano de los habitantes
en desgracia, su propia desgracia.
En su
trayectoria e intelectual allá por los años 30 al 40, como socialista lucha
contra las desigualdades poniendo su estatus de agnóstico contra todo designio
religioso y su incidencia en el Estado. Su actitud de crítico apasionado le
trajo muchos problemas, aun así, llega a ser director de la SECH y de varias
organizaciones de índole arábigas, edita revistas asume su antisemitismo, por
la Palestina oprimida. Fue Jefe de las Brigadas de Escritores Socialistas de
Chile, fundador y redactor del diario “Puro Chile” y en el Gobierno de Allende,
es nombrado Agregado Cultural en la Embajada de Chile en Venezuela, país que lo
acogió cuando se decidió por el exilio.
Nos
dice la Dra. María Olga Samamé Barrera, U. de Chile, en su texto sobre Mahfúd Massís: “Los años venezolanos fueron difíciles para
él, aun cuando su talento le permitió publicar poesías y ensayos y transmitir
crónicas por la Radio Nacional de Venezuela, además de ejercer el cargo de Director
de Cultura de la Fundación de Estudios Latinoamericanos Orlando Letelier.
También participó en certámenes literarios en Iraq y Canadá. En 1988 volvió a
nuestro país para integrar el movimiento artístico “Chile Crea” contra la
dictadura del general Pinochet. Abrigaba la esperanza del regreso, pero su
salud se deterioró y un ataque cerebral puso fin a su vida, en abril de 1990”.
PRODUCCION
LITERARIA
Toda su creación
literaria y estética comprende principalmente Poesía, cuento, teatro y crónica,
publicada en libros, diarios y revistas. “Es posible documentar la existencia de dieciséis libros suyos
impresos, de los cuales once fueron escritos y publicados en Chile; cinco
durante el autoexilio en Venezuela y uno más, póstumamente, en nuestro país”. (segúnMaría
Olga Samamé)
Mahfúd
Massís es una suerte de rebelde en una sociedad todavía en ciernes de liberarse
de las ataduras convencionales de la sociedad, es por eso que se torna agudo,
polemista social, firme en sus ideas agnósticas y duro frente a los abusos del
poder. En innumerables ocasiones su
trazo narrativo fe defensor de una
estirpe de artistas malditos y denostados por un país que tiende al
silencio sepulcral de las clases aristocráticas de la literatura nacional.
En
una narrativa aplica su dureza expresiva:
“Es una gran desgracia que ciertas ideas no puedan reducirse a
vulgares hechos de policía, para encerrar a su autor en el panóptico de los
delincuentes comunes o arrastrarlo hasta el banquillo, por el delito de
genocidio intelectual (…) Maldición bíblica para quien exprime en sus bocas el
zumo de la vid envenenada, para el negrero que impulsa la prostitución y la
muerte construyendo conventillos o incita al crimen, levantando presidios, en
lugar de edificios escolares”.(De
Asesinos de la opinión pública)
En el
plano literario, surgen los destellos de una fatalidad y desolación en sordina,
ya que las imágenes se entremezclan en una avocación atávica con alto sentido
trágico, de desaliento, donde irrumpe la muerte como una urgencia inevitable. Massís optó por iniciar un “viaje por las
nocturnas zonas de la muerte”, para materializar aquello de que “la poesía es
síntesis donde conviven lo olvidado y lo por resolver”, o tal vez decidió
emprender una ‘travesía’ al interior de un drama existencial oculto. La vida y la muerte conviven
en él simultáneamente. Entre sus poemas, podemos descubrir un gran poeta
olvidado, aun en el exilio, tal vez desfondado por la élite literario que teme
perder un espacio.
RONCAN
LOS ESPECTROS
Es
preciso armarse contra la divinidad.
¡Ay, es preciso!
Los difuntos, con sus vejigas coloradas,
se levantan en la medianoche y roncan.
serán vencidos por los piojos, y dirán al dragón: tú eres el panteonero.
En cada cifra del reloj habrá un ojo de muerto.
Las mujeres parirán pequeños reptiles,
y un conjunto de ánimas silvestres dirá:
bienvenidos
el Creador acaba de morir.
Es preciso armarse contra la divinidad. ¡Es preciso!
Los ruidos subalternos, los vasos de sangre lentamente bebidos,
los fantasmas golpeando mi vientre
como un tambor helado;
los infantes enterrados
en los muros, la respiración parada como un guardia
encima de mi pecho,
todo pone en mi su licor de efervescencia súbita.
De noche yo fraguo una espada,
y un sudor mineral me ciñe el esqueleto,
inyecta su alcanfor en mi alma,
y un hueso señalador recusa la tristeza,
y una filial bandada de lombrices
inicia su vuelo hacia la altura.
¡Ay, es preciso!
Los difuntos, con sus vejigas coloradas,
se levantan en la medianoche y roncan.
serán vencidos por los piojos, y dirán al dragón: tú eres el panteonero.
En cada cifra del reloj habrá un ojo de muerto.
Las mujeres parirán pequeños reptiles,
y un conjunto de ánimas silvestres dirá:
bienvenidos
el Creador acaba de morir.
Es preciso armarse contra la divinidad. ¡Es preciso!
Los ruidos subalternos, los vasos de sangre lentamente bebidos,
los fantasmas golpeando mi vientre
como un tambor helado;
los infantes enterrados
en los muros, la respiración parada como un guardia
encima de mi pecho,
todo pone en mi su licor de efervescencia súbita.
De noche yo fraguo una espada,
y un sudor mineral me ciñe el esqueleto,
inyecta su alcanfor en mi alma,
y un hueso señalador recusa la tristeza,
y una filial bandada de lombrices
inicia su vuelo hacia la altura.
(Las bestias del Duelo,
1942
NOCTURNO DE LA PIPA
Bajo este astro podrido del otoño,
como un dios seminal que llora por las mujeres,
fumo mi pipa como un pope rojo,
con aire egipcio de gladiador golpeado en la nuca.
Entre presagios y golondrinas que atraviesan la piel de la cabeza,
echo humo sobre mis obsesiones funerarias,
sobre rostros que olvidé enterrar, gruesos como marsopas,
arrastrando una flor, una peluca verde llena de pájaros,
un hueso de mono olvidado en el bolsillo.
Del fondo del cráneo me arrancan grandes huevos,
ciertas imágenes, un féretro destruido por la lluvia,
gusanos teñidos de azul por el fuego de una ojos,
un párpado seco con que miraba el mundo.
Oigo el grito de un jinete muerto, alguien se arrastra sobre una muleta
¿Quién es? Yo nada escucho.
Sólo fumo este pedazo de cerezo que me va agrietando la jeta,
cubriéndome los dientes, la nariz, como un ídolo amarillo,
y deja en mi boca un olor a caballo, a cuadrilla oscura.
Alguien, con los ojos huecos, me afeita la cabellera
Señora, por favor, no olvide los fósforos.
(Sonatas del Gallo
Negro, 1958)
La
producción literaria de Mahfúd Massís no ostenta gran volumen al contrario de
otros escritores nacionales de su época
en parte, por su asumida actitud irónica en el campo literario chileno, contrario
a las prebendas y a la ostentación, el desarraigo preferido por su autoexilio,
lo alejó de los cenáculos de las letras. Luego vino el pesimismo y la
nostalgia, cuya distancia creo grandes heridas en su existencia. Casado
con Lukó de Rokha, una destacadísima
pintora nacional, le dedica este poema:
“LUKÓ: En
este gran drama gregario de la vida,
cuando el espanto deposita en mi corazón su huevo oscuro,
levanto los ojos hacia ti,
como una bestia que busca algo
por encima de su condición, flor extranjera.
En este mundo solitario por el
que andamos, caminas junto a
mi por un favor de los dioses
y te seguirá mi pisada negra,
ineluctablemente, aún más allá del
Gran Pantano” “Elegía bajo la Tierra” Poemas (1955)
cuando el espanto deposita en mi corazón su huevo oscuro,
levanto los ojos hacia ti,
como una bestia que busca algo
por encima de su condición, flor extranjera.
En este mundo solitario por el
que andamos, caminas junto a
mi por un favor de los dioses
y te seguirá mi pisada negra,
ineluctablemente, aún más allá del
Gran Pantano” “Elegía bajo la Tierra” Poemas (1955)
Toda
su producción, contiene imágenes tristes, fatídicas, de evocación tardía, de
símbolos apocalípticos, de nostalgia desenfrenada, de pesimismo, que deja
expuesta en su poesía y ensayos. Aun así, Mahfúd Massís, no se asemeja a otro
autor, tampoco se le puede asimilar a De Rokha, no son iguales sus propuestas,
aunque compartía la lucha de clases.
“En
1953 Massís publica dos libros: Los
sueños de Caín y Walt Whitman, el visionario de Long
Island. El primero es su único libro de cuentos y, a nuestro juicio, en él
se despliega una prosa simbólica y existencialista influida por Rilke, Kafka,
Poe. Además, están presentes ahí elementos oníricos alucinantes, junto a
escenas de pesadillas, de infierno, de demencia y todo ello envuelto en una
atmósfera lúgubre y fatalista. En sus cuentos Massís ha transubstanciado sus
visiones internas y ha creado un mundo propio, independiente, de destrucción,
que lleva un sello propio”.
El jurista y poeta venezolano, Marco Ramírez Murzi, dice de su
poesía, “se levanta ante nosotros como una mano destructora, no es más que una
firme actitud reivindicadora de los principios esenciales del ser humano”.
(María Olga Samamé Barrera).
Queda
claro que fue un poeta trascendente, potente en defensa de los intereses de los
más desposeídos, de los débiles, de los avasallados por el poder, eso le
angustiaba, tal vez sea la razón que la muerte simboliza la agonizante sociedad
en que vivimos.
Mahfúd Massís
merece un mejor lugar en nuestra memoria y en el de la literatura nacional, por
su aporte vanguardista y social, por su estética renovadora de los valores más
esenciales del ser humano. Gran escritor de lucidez crítica en su afilado
verbo.
Según
el crítico Fernando Alegría, los poetas más relevantes de esta Generación son:
Nicanor Parra, Enrique Gómez-Correa, Braulio Arenas, Jorge Cáceres, Luis Merino
Reyes, Antonio de Undurraga, Roque Esteban Scarpa, Oscar Castro, Andrés
Sabella, Julio Barrenechea, Alberto Baeza Flores, Mahfud Massís, María Silva
Ossa, Carlos René Correa, Milá Oyarzún, María Elena Piwonka, María Cristina
Menares, Gustavo Osorio, Eduardo Anguita. Finalmente, cabe mencionar que el
escritor Gonzalo Rojas conformó grupos estéticos surgidos de la Generación del
38. Para él, el Grupo Rokhiano -signado con el número 8- “con centro en la
Revista Multitud, fundada y dirigida por Pablo de Rokha” estaba integrado,
entre otros, por Mahfúd Massís y Julio Tagle
Nos
dice María Olga Samamé Barrera “El exilio voluntario de Massís en Venezuela
produjo una merma en su labor productiva, debido principalmente a las
dificultades que hubo de superar, hasta que logró cierta consolidación y
estabilidad familiar. Una de las actividades que realizó para sobrevivir fue
hacer un programa escrito y leído por él mismo, llamado El hombre y sus circunstancias en
la Radio Nacional de Venezuela. En 1981, parte de esas crónicas se reunieron y
se publicaron con el mismo título. En Venezuela alcanzó a publicar dos libros
de poesía y una antología: Llanto
del exiliado (1986), Este modo de morir (1988) y Antología 1942-1988(1990)”.
Los
dos primeros son libros de poesía social y contienen un canto lírico impugnador
de la degradación que produce la violencia en el hombre, desde la antigüedad
hasta su época; expresan, además, el poder milenario de sus ancestros, que
encierra los secretos del ser humano y la necesidad de la justicia y la
libertad. En cuanto a la forma, predomina en estos poemas el verso libre y, en
menor proporción, el soneto. También hay algunos poemas dispuestos en
caligramas.
El
aporte de Mahfúd Massís a la literatura chilena, especialmente a su Generación,
reside en su actitud y en el modo de adherir
al tema de muerte en su obra poética. Esta contribución se asume como una
ruptura de anticipación, respecto de los moldes del decir poético. Como
poeta Maldito o poeta negro, Massís convive con su infierno terrenal e interior,
donde presenta al hombre y al cosmos en su desolación.
La producción chilena de libros es la
siguiente: Litoral celeste (1940), poesía; Las bestias del duelo (1942), poesía; Los tres (1944), ensayo; Walt Whitman, el visionario de Long
Island (1953), ensayo
premiado por la Sociedad de Escritores de Chile (SECh) y la Municipalidad de
Santiago; Los sueños de Caín (1953), cuentos, uno de los cuales
obtuvo el Premio Renovación del Ministerio de Educación; Elegía bajo la
tierra (1955), poesía; Sonatas del gallo negro (1963), poesía; El libro de los astros apagados (1965), poesía, merecedor del Premio
Alerce otorgado por la SECh y el Premio Pedro de Oña otorgado por la Casa de la
Cultura de la Municipalidad de Ñuñoa; Testamento
sobre la piedra (1971),
poesía. Los libros escritos y publicados en Venezuela son: El hombre y sus circunstancias (1981), crónicas; Llanto del exiliado (1986), poesía, premiado en el XII
Festival Mundial de la Juventud en Moscú; Este
modo de morir (1988), poesía,
también distinguido por el Premio Municipal de Literatura “Augusto Padrón”; y Antología (1990). Póstumamente, se dio a conocer
en nuestro país Papeles
quemados (2001). A los libros
enumerados es necesario añadir numerosos artículos poéticos y ensayísticos de
variada impronta, publicados en diarios y revistas nacionales y extranjeros.
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