viernes, 20 de marzo de 2009

GENERACION DEL 80 EN CURICO



Cada cierto tiempo, al igual que los balances financieros, es necesario retrotraernos al pasado para realizar un recuento del activo intelectual que nos precedió.

A similitud de los partos, la literatura muestras sus rasgos peculiares por medio de los cuales define el estado catatónico de los autores coetáneos de una generación, y que dan vida a una corriente intelectual. Lo complejo es definir en propiedad cuando nace una generación literaria, cuando se consolida y posesiona su particularidad.

Es evidente que cada generación esta marcada por el desarrollo social y época en que desenvolvieron, en especial esta, la del “80”, que a hierro ardiente está marcada por el régimen militar y el advenimiento a la democracia. No podemos definir la generación como un grupo, ya en atención a un método analítico, podría tratarse de uno o varios y a la vez dispersos autores en un lapso de tiempo. Esto puede medirse por medio de fechas de nacimiento, obras del período mencionado, y características de las obras. En este caso, algunos autores de fechas dispares de nacimiento, pueden cohesionarse en un periodo que enmarque sus obras.
En el caso de la provincia de Curicó, asistimos a una dispar apreciación generacional, ya que autores que compartieron sus inicios, se separaron con la emigración de algunos a otras latitudes.

Por esta época se manifiestan corrientes de poesía neovanguardista, religiosa apocalíptica, testimonial de la contingencia y etnocultural, que dan paso a las primeras tendencias de una poesía metapoética, urbana y sexuales. En la primera, siguiendo la vanguardia del poeta Juan Luis Martínez (La Nueva Novela))1977 y el poeta Francés Marcel Duchamp (La Caja Cerde), aparece Sergio Hidalgo Varela, Samuel Maldonado de la Fuente, Juan Andrés Sepúlveda Meza, en la segunda Corriente religiosa apocalíptica se sitúa claramente Iván Lorenzini Maas que además intenta un manifiesto etnocultural al que se suma Luis Correa Rojas. Estos nos hablan del encuentro y desencuentro de las diferentes culturas, la visión del mundo del conquistador y el aborigen. La corriente de testimonio y contingencia tiene como principales exponentes, a Juan Jofré Bustamante, Carlos Francisco Bascuñan, Ramón Aguilera, Jaime González Sepúlveda, Luis Rojas Urquiza, Jaime Reyes Vera entre otros, los que llevados por la realidad concreta, producen sus versos basados en la contingencia.

La poesía feminista nace en las voces de exponentes como Isabel Gómez, Lila Calderón, Rocío Rosas, Rosa Elba Abello, Melania Tello, Doris Meza Azocar. En tono enérgico y pero no beligerante, enfrenta al sexo opuesto pero sin recriminaciones en circunstancia vitales a partir de su propia experiencia.

Publicar para estos autores fue un esfuerzo editorial titánico, algo así como la válvula de escape, de los sentimientos interiores de los poetas del 80, hablamos del siglo XX. Buscan trascender, como una voz silenciosa en la conciencia de los demás. Cada libro es un signo de alegría, es un nuevo hijo de estos creadores, solitarios, reprimidos y sin medios.

Surge una serie de tendencias con diversos estilos, de sentido original y que se caracterizan por una superabundancia poética de imágenes y del hecho histórico y estético. Están poblados de palabras, símbolos y mitos, en su mayor parte de ascendencia del subconsciente. Es decir existe una gran raíz surrealista por un crecimiento de lo emotivo hacia lo metafísico.


Fruto de los trágicos y lapidarios acontecimientos de 1973, donde el exilio, los destierros y el amordazamiento a los escritores y poetas, estos silenciaron sus plumas y se aislaron durante una década, creando una resistencia ideológica particular.

Surgen en esa época “La Generación del Roneo”, donde los poetas y escritores realizan sus impresos en mimeógrafos, cuyas reproducciones tipean en sténcil y se imprimen en papel roneo. Podemos recordar los primeros libros en mimeógrafo del poeta Juan Jofré, con “Continuaciones y Regresos” y “Nudos Profundos” entre los años 76 – 80; Luis Correa Rojas con “Rieles” en la década del 80; Las publicaciones de Juan AndrésSepúlveda, con “Iluminaciones” y las Revistas “El Centro” y “El Buho” impresas en roneo de Samuel Maldonado de la Fuente.

Luego se gesta “La Generación de la fotocopia, que se inicia a mediados de los años 80. Es otro cauce que los literatos utilizan para editar revistas, folletines y libros de poemas. Es usado también como vía de protesta política durante los años de dictadura militar. Aquí debemos recordar “Los Geniecillos de los Andes” cuentos de Iván Lorenzini; “De tanto andar contra el viento” (83), “Contingentes” (poemas) Luis Rojas Urquiza; “Senderos del Tiempo” (poemas) (83) de Samuel Maldonado y las primeras ediciones de la “Revista Trapiche”, de la Sociedad de Escritores SEC, cuyos editores eran María Cristina Aliaga, Juan Andrés Sepúlveda y Helio Venegas. En tanto la poetisa Elba Rosa Abello lanzaba su poemario “Crisálidas” en la sede UC.

“La Generación Huérfana”, es parte de un oscurantismo cultural plagado de la mordaza política y la censura del poder. Aquí podemos nombrar a Ivan Lorenzini, Luis Correa Rojas, Juan Andrés Sepúlveda, Jaime Reyes, Jaime González, Sergio Hidalgo, Juan Codocedo, Hugo Pizarro, etc.

En Curicó existe, por esta época una escasez de historiadores, aunque con notable influencia en el que hacer provinciano, en cambio, abundan los poetas y se les otorga gran espacio en el periodismo local. Es el historiador Patricio de los Reyes el referente obligado, que perseguido, encarcelado, representa la lucha política y fortaleza intelectual de esta adversidad.

Son justamente los poetas los de mayor relevancia nacional, y de escasa influencia social. Entre ellos surge en esta tierra de Aguas Negras, la generación perdida, esta deambula, medita, se agobia, es triste y se retrotrae al pasado lejano del indigenismo, donde el gran profeta de la no violencia, es Iván Lorenzinni Maas, verdadero gestor del Ghandismo en Curicó. Es la misma generación de la problemática social de los espacios, del régimen militar y del consumismo materialista.

Pero emerge con fuerza, “La Generación del 80”, como la he bautizado, que rescata nombres como Jaime González Sepúlveda, Rocío Rosas, Lila Calderón, Isabel Gómez, Elba Rosa Abello Orellana, Mario López, Jaime Reyes, Juan Jofré Bustamante, Helio Venegas, Mario Armando López M., Ramón Aguilera y Carlos Francisco Bascuñán, entre otros, que forman el “Grupo Orlando González Gutiérrez”. Son la vanguardia crítica del régimen militar en la ciudad. Estos poetas son vigilados, prohibidos y alejados de los círculos sociales. Sus reuniones se llegan a realizar al interior de una citroneta.

Se unen por esos años Luis Manuel Rojas Urquiza, los poetas Luis Correa Rojas, Juan Andrés Sepúlveda, atados al vate Iván Lorenzini que dan vida al Grupo “Renacer”.

Por su parte, Maldonado de la Fuente, se reune con unos y con otros movimientos, imprimiendo folletines en la imprenta Géminis de su propiedad. Imprime a Mimeógrafo la Revista “El Búho” y “El Centro”, da inicio a “La Cartola Poética” junto a los poetas Juan Andrés Sepúlveda y Luis Correa. Más tarde con Sergio Hidalgo, Jaime Maldonado, Patricio Gómez Retamal, Juan Andrés Sepúlveda, Luis Correa y Helio Venegas fundan otro grupo en torno a la revista “SIGNO”. Por esa época, poetisas como Melania Tello y Doris Meza Azócar, surgen a la esfera nacional radicadas en Santiago y que finalmente se suman a la creación de los poetas curicanos.

La poesía metapoética surge del quiebre emocional, como una evasión del enclaustramiento literario, pero a la vez como una respuesta al modelo de sociedad que se está gestando. En su complejidad, apunta la individualidad del discurso, de la lengua y en tradición, podría asumirse que es “escapista” como lo afirma Arturo Morales en un análisis de esta época. Esta tendencia que evita el compromiso social, se transforma en un laboratorio de experimentaciones. Aquí se empieza a gestar la generación de los 90, entre los que figuran Eduardo Leyton, Rodrigo González Langlois, Claudio Durán O., Rodolfo de los Reyes Recabarren, Juan Carlos Codoceo, Leonidas Rubio Rubio, Víctor Correa, María Cristina Aliaga, Edgardo Alarcón Romero, con la poderosa influencia de los poetas malditos, de Enrique Lihn y de Eduardo Anguita, en este contexto, podemos hablar de una poseía urbana, de tribus literarias en una ciudad como protagonista. Esta Generación, ligada en su gestación a la del 80, está por definirse con mayor profundidad.